El fin de semana había pasado y por ende debíamos regresar a la oficina.
Alex me acompañó a ir a casa a ducharme y cambiarme para luego ir a la empresa. Al llegar Braulio se estaciona en la entrada de la empresa y siento como los nervios empiezan a llegar.
—¿Estás seguro de hacer esto?
—Si, no quiero seguir escondiendo esto —Besa mi mano —. Si no se enteran aquí se enterarán por las revistas de chisme cuando empecemos a dejarnos ver en público.
Tiene razón, de alguna manera se enterarán y es mejor que sea así a que sea por una revista de chisme.
Asiento, me da un casto beso y toma mi mano ayudándome a bajar de la camioneta.
Suspiro y caminamos entrando a la empresa. Muchas son las caras que nos miran con curiosidad y otras con asombro.
Alexander mantiene la serenidad en su rostro mientras caminamos hacía el elevador; coloca su mano sobre mi cintura y deja un beso en mi cien mientras subimos al elevador.
—Pasaré por ti para ir almorzar juntos.
—De acuerdo.
—Te amo —Me da un cast