Sebastián estaba tirado en el piso de su estudio, llevaba toda la noche tomando copa tras copa desde que Thomas le dijo que no tenía permitido casarse con Lisa, aunque no era eso de lo que más se arrepentía, algo en su corazón lo seguía inquietando,se arrepentía de haber botado a Thaís, al menos estaría con ella, pero ahora no le quedaba nada en absoluto.

La noche de desvelo y el alcohol solo hicieron que se le marcaran grandes ojeras, los ánimos de salir del estudio eran escasos, sin decir que también su tío permanecía en la sala.

La puerta del estudio fue pateada bruscamente, Cain entró dentro solo para ver a su sobrino tumbado en el suelo.

—Levántate, ¿acaso piensas pasar todo el día tirado bebiendo?—grito Cain sin despegar la mirada del rostro de Sebastián, la hora de ir al trabajo había pasado desde hace rato, pero Sebastián seguía sin presentarse.

—Vamos tío, solo beberé otra copa— soltó Sebastián llevándose otro trago de whisky a la boca y dándole un pequeño sorbo, pero en el