Sophía estaba ansiosa, quería salir de esa casa, respira aire puro. Pero Dante dio órdenes claras de que ella tenía prohibido incluso salir al jardín, era una maldita prisionera en su supuesta casa.
Y lo que más la tenía preocupada era Valentina, había intentado contactarla pero Victoria no lo permitía.—Maldita arpía, ni siquiera porque papá murio trata de que dos hermanas estén juntas.Murmuró. Pero Valentina tampoco quería verla, seguía culpando a su hermana de haber sido la causante de la muerte de su padre, lo que ella no sabia es que uno de los asesino, (en ese caso, cómplice) de Alejandro vivía más cerca de ella de lo que creía.El estómago de Sophía parecía huracán en furia, no había probado bocado desde el día anterior y en la mañana sólo había tomado un café por culpa de Dante y su invitada. Esa mujer no era lo que quería aparentar frente a Dante y por alguna razón soportar sentía que ella escondía algo. Pero no le dio importancia en es