C231: Su juguete favorito.
Mientras tanto, en una habitación distinta, muy lejos de la calma con la que Jasper intentaba enfrentar su situación, Jordan no podía mantenerse serena.
—¡Sáquenme de aquí! ¡Suéltenme! ¡Déjenme ir! —sus gritos eran desesperados—. ¡¿Alguien me escucha?!
Se le quebraba la voz y el pecho le ardía, el corazón le latía como si quisiera romperle las costillas, y aunque en el fondo sabía que era muy probable que nadie la oyera en ese lugar, no dejaba de gritar. Era su única forma de no sentirse completamente sola, de no perder la cabeza.
Entonces, sin previo aviso, la puerta volvió a abrirse, y fue en ese instante, en ese preciso momento, cuando Jordan sintió que el mundo se detenía. Algo frío y oscuro subió por su cuerpo desde los pies hasta la nuca, una sensación helada y opresiva se apoderó de ella, como si un muerto se le hubiese subido encima. Todo su cuerpo se paralizó, la voz se le congeló en la garganta y sus músculos ahora no respondían. Se quedó tiesa, con la piel erizada y la cara