Llegaron al infierno – ¿Miguel, aún tiene de esos frascos que te dio Gabriel?
Sí, aquí tengo – Miguel abrió el frasco y Lucifer escurrió la sangre de dios en uno de ellos – yo creo que con esto es suficiente, debemos hacer el ritual.
No ahora, necesito hablar con Meyris – Lucifer miraba a su compañera con una ternura que derretiría a cualquiera –
Entiendo, yo iré con Lilith, por favor avísame cualquier cosa, quiero apoyarte – Meyris lo miró y sonrió –
Ahora entiendo porque estabas siempre aquí, - Ella tomó la mano de Miguel – me alegro Miguel, mereces ser feliz.
Gracias Mey, tú también, por favor, escúchalo.
Lo haré – Se quedaron solos en la habitación, Lucifer la miraba –
Mey…
Quiero saberlo todo – Ella lo interrumpió –
Está bien, acompáñame – Lucifer fue con ella a una de las habitaciones que él había preparado, entraron y era una playa desierta, arenas blancas, y un bosque alrededor – ¿te gusta?
Está hermoso – Lucifer tomó su mano –
Mey, yo no soy hijo de dios, soy su hermano, y tu