Capítulo 45—No soy un santo

Narrador

Con manos temblorosas, la respiración agitada, y su corazón haciéndose trizas a medida que iba caminando rumbo a la habitación, Bárbara una vez ingresó a esta cerró la puerta a sus espaldas. Descubrir de esa manera que todo este tiempo Herodes le había ocultado esto, la estaba destrozando por dentro.

En primer lugar, por que sinceramente empezaba a amarlo, la imagen que tenía de él no era la misma desde cuando inició su matrimonio, y descubrir esta parte de la historia le había dolido. Abriéndose enseguida la puerta de la habitación por donde hacía unos segundos ella había ingresado, Herodes la siguió hasta allí, y colocándose a sus espaldas, este titubeó un par de veces antes de empezar a hablar.

Sabía que se había equivocado, que había cometido un gran error al no haberle contado cómo fue que hizo para convencer a Fabián para que renunciara a ella, pero en su defensa Herodes sabía muy bien que de hacerlo la perdería, y ese fue su mayor error. Lib