Cap. 183- El desafió.
Benjamín trataba de ignorar el cotilleo de la oficina. Era claro que estaba involucrado, pero no creía que sería algo de relevancia. Reynaldo, que llevaba días con aura sombría, fue personalmente a buscarlo. Quería que toda la manada estuviera al tanto: "Beta, nuestras esposas nos esperan en el café frente a la plaza", con ese brillo pícaro que ya conocía en su amigo. "¿Sofía? No informó que llegaría hoy". El personal quería fingir que no escuchaba, pero era demasiado bueno el chisme. Reynaldo se encogió de hombros y les preguntó a todos los presentes: "¿No le informaron?". Todos agacharon la cabeza.
El rostro del Beta, que habitualmente era sombrío y sin esperanza, se transformó en lo contrario al escuchar el nombre de la mujer. Solo buscó lo necesario y se dirigió a la salida. Reynaldo, ante la mirada ansiosa de su gente —pronto la conocerán, es un encanto—, se apresuró en unirse a su amigo.
En el camino al reencuentro con su mujer, necesitaba saber qué era lo que pasaba: "Esa muj