La tortura impuesta por Alexeí dejó demasiadas víctimas a su paso. Los únicos que se salvaron fueron Luz, los miembros de la manada de Igor y Julia. Alexeí, sin que Luna lo notara, reemplazó su plato; la pobre mujer no era culpable de las decisiones de esos hombres.

Todos presentaban un cuadro de intoxicación alimentaria, el más afectado fue Roger. Luna se encontraba deprimida, tantas horas de trabajo para que la temperatura ambiental descompusiera sus platillos en pocos minutos; fue la explicación de Alexeí y ella estaba de acuerdo con ello.

Luz preparó algunas infusiones digestivas para que se sintieran mejor. Ahora entendía la razón de la fortaleza de esos jóvenes: Luna cocinaba igual de mal que su madre. Como desafío personal, se prometió que esa chica lograría preparar algo.

Luna fue a visitar a su esposo, le entregó su té y conversaron un poco.

Alejandro: - Gracias, amor - no quería reclamarle, pero ese dolor en el pecho de esa tarde, solo tenía una explicación.

Luna: - ¿