— Mamá. — la llamo mientras corría hacia su madre, quien acababa de caer sobre la nieve solo a unos pasos del pequeño Vladimir. — ¡Mamá! — grito sujetándola entre sus brazos y viendo de reojo como gran parte de sus hombres comenzaban a moverse, tratando de saber que era lo que sucedía.
— Solo le estaba contando de los abuelos a Vladimir… — susurro acariciando el blanquecino rostro de su único hijo. — Creo que seré la primera de sus hijas en acompañarlos. — los ojos de Zafiro se empañaron, la reina fría sabía que el dolor en su pecho era demasiado fuerte y fuera de lo normal, Zafiro Zabet, comprendió que su fin había llegado y solo le quedo dar gracias de haber podido consentir a su nieto.
— No lo harás… — trato de convencerla y convencerse, podría ser que lo apodaran la muerte blanca, pero ahora solo parecía un niño, a punto de perder todo lo que amaba.
— Shhh… Lukyan… cuida a Vladimir y cuando ella regrese, no seas un tonto hijo. — incluso en ese momento, la voz de su madre sonaba más a orden que ha pedido.
— Mi hermosa Zafiro, ni en este momento, pierdes tu belleza. — la voz de Neri sonaba tranquila, aunque solo bastaba con ver sus ojos para saber que la vida se iba con su esposa.
— Mi ruso terco. — respondió mientras Neri la tomaba en brazos, dejando a su hijo apreciar la despedida de dos almas que siempre estarían juntas.
— Te buscare amor mío. — juro el mayor dejando un suave beso sobre los labios aun rosados de la rubia.
— Y yo te estaré esperando. — su juramento fue lo último que salió de ella, y aunque en ese momento ya estaban dentro de su mansión y el médico de la organización hizo todo lo humanamente posible para revivir a la reina frían, Neri Neizan sabía que era el fin, ya lo había visto.
Jamás habían visto las lágrimas del vidente, y jamás lo harían, el lado débil del mafioso solo lo conocía aquella mujer que yacía en la cama, como si solo estuviera durmiendo y no como si un infarto se hubiera llevado su vida.
— No puedes hacerlo papá, no puedes dejarme. — imploro Lukyan, comprendiendo porque su padre le había notificado que su fin estaba cerca. — Cambiaste la ley del clan…
— No lo hice por mí. — lo interrumpió el mayor. — Solo era por ella, cuando conocí a tu madre, fue antes de los 20, supe que la amaba y en ese segundo la vi morir por mi causa, las leyes del clan son claras, si un esposo muere, sin importar quien, el otro lo debe seguir, trate de apartarla de mi lado y eso… solo provocó más dolor, en especial a ella, pero ahora comprendo que lo que vi aquel día, solo fue mi miedo y cobardía, si yo estuviera en el lugar de tu madre, ella no dudaría en acabar con su vida, porque sabría que la estaría esperando en el más allá, ahora... es mi deber ir por ella, no es de buena educación hacer esperar a una dama y menos alguien como tu madre. — lo entendía, él había sido criado bajo las leyes del clan, pero, aun así, estaba perdiendo todo de una sola vez.
— Papá… — queria suplicar, implorar que no lo dejara, pero la mirada decidida del mayor lo silencio.
— Hazle caso a tu madre Lukyan, ya no eres un niño, no seas un toto hijo, ella es alguien especial, alguien que está dispuesta a morir por ti y tú por ella.
Solo cuando su padre se desplomo, fue consiente del charco de sangre que había a su alrededor, Neri Neizan, mejor conocido como el vidente, dejaba este mundo por mano propia, con cortes limpios y preciosos en sus muñecas, dejando a su hijo como cabeza del clan más grande que tenía rusia.
Odiaba recordar aquel día, odiaba el tiempo trascurrido, como cada ser seguía con su vida, mientras él, solo estaba detenido esperando a una mujer que cada día le parecía menos probable que regresara, diez años había cumplido Vladimir, diez años era el límite para Lukyan Neizan.
— ¿A dónde vas? — indago preocupado su primo Alek.
— Voy al club, cuida a Vladimir, no creo que regrese esta noche. — Alek lo comprendió y no dijo nada, incluso él no aguantaría tanto sin estar con una mujer, y claro que no lo hacía, si bien faltaba poco para al fin casarse con Harum Morozova, en esos diez años Alek había tenido muchas compañeras de alcoba, algo que no era el caso de Lukyan, quien le era fiel a un fantasma o al menos eso pensaba Alek.
Odio, una pequeña palabra que abarca muchas cosas, odio era lo que sentía Vladimir por su padre, el pequeño había dejado de hablar a los 5 años, trauma dijo el psicólogo, ya que el niño vio la muerte de sus abuelo de primera mano cómo su padre Lukyan, el niño se mantenía en un silencio casi espeluznante desde entonces, hasta esa noche que vio a su padre salir.
— Llévame con mi padre. — Alek pego un brinco de puro susto.
—Vla…Vladimir, tu…
— Te di una orden. — Alek no dijo más nada y solo se dispuso a obedecer al heredero del clan, sus ojos cargados de odio le dejaron en claro que sabía lo que queria y era mejor obedecerlo.
Dasha no esperaba que nadie fuera por ella al aeropuerto, y efectivamente, su familia no la defraudo, aunque no puedo evitar sorprenderse al ver a Alek Neizan en el estacionamiento, su primer reacción fue detener sus pasos, pero solo le tomo un segundo, retomar la marcha, ese hombre no era suyo, y estaba segura de que nunca lo fue.— Dasha, ¡Dasha! — se vio obligado a llamarla en más de una ocasión, mientras la pelinegra continuaba su camino y ante la falta de atención de la mujer, Alek corrió tras ella. — Hey te estoy hablando. — recrimino apenas su mano sostuvo el delgado brazo de Dasha.— Le pediré que no me toque señor Neizan, no quisiera tener problemas con su futura esposa y menos con mi padre. — rebatió con frialdad, mientras se soltaba del ligero agarre.— No comprendo porque me ves así. — cuestiono cruzando sus anchos brazos sobre el pecho y Dasha tenía ganas de patear su cara.— ¿En verdad no lo entiendes? Conspiraste con Harum.— No, Dasha, las cosas no fueron así, solo… el
Nada la asombro, ni los cambios en la mansión, ni la frialdad con la que su padre le hablaba, ya no era una niña en busca de aprobación, amor y comprensión, ya no la necesitaba.— Alejandra Santoro Zabet fue muy clara cuando hablo conmigo, a su hijo no le importara si eres o no pura, y ella lo único que desea es que el diablo siente cabeza. — veía el rostro sonriente de Harum y el de Miriam por supuesto, la fama de Amir Rossi Santoro era bien conocida, no en vano lo llamaban el diablo.— Si quieres que atrape al diablo, deberás darme cierta libertad. — a Sergei no le importo que su hija estuviera bebiendo té, simplemente dejo caer su mano sobre la delicada mejilla de Dasha, y esta a su vez lanzo la taza y salpico con la bebida caliente a Harum, quien la viera diría que fue por el golpe, pero si algún Zhao estuviera en aquella sala, sabría que esa fue la intención
—¿Disculpa? — pregunto incrédulo dando un paso más cerca de su primo, y a muy poco de llevar su mano a su arma que reposaba en su espalda.Dasha ingreso en el club principal de los Neizan, probaría suerte aquí, Loan le había asegurado que las corazonadas nunca se equivocan, que no debía acallar aquello que su interior le decía, pues eran señales del destino y fue por ello que opto por ir a ese club, además de tener una buena cuartada para cuando su padre le reclamara el estar allí sola, y es que se suponía que esa semana Amir Rossi Santoro, estaría en Rusia, aunque por alguna razón había cambiado de planes a último momento y ahora se encontraba en Turquía, claro que eso el señor Morozova no lo sabía y no tenía por qué enterarse, no si Dasha conseguía hacer contacto con Lukyan.&
Vladimir se movía entre la multitud, esquivando cada cuerpo, mientras su padre solo caminaba y las personas le abrían paso, no se necesitaba ser un genio para saber quién era el jefe de la mafia rusa, aunque el rubio solo observaba como su hijo al fin demostraba algo, un sentir, ya que luego del velorio de sus abuelos, el pequeño rubio había cambiado drásticamente, Lukyan hizo todo lo que estuvo a su alcance para que mejorara, para que sea un niño como cualquier otro, pero no lo consiguió, el psicólogo le pedía algo imposible, pasar más tiempo con el pequeño, algo que Lukyan no podía cumplir, por más que quisiera, ¿Cómo ayudas a sanar un corazón roto? Cuando el tuyo fue arrancado hace mucho tiempo; pero ahora, su hijo demostraba preocupación por algo o mejor dicho alguien, ya que solo basto con llegar al gran frigorífico, para ver la razón del desespero de Vladimir. — ¿Qué rayos hace una mujer aquí? — pregunto de forma fría viendo a Blas, quien era el encargado de ese club. — No, no
Nada es fácil en la vida, y Dasha sabia de ello, su vida perfecta se vio afectada el día que su madre se suicidó, creyó tener una oportunidad con su tía, y es que se suponía que al ser de la misma sangre debería amarla, pero eso no paso, fueron años duros de abuso y maltratos, que tontamente vio recompensados en el cariño que Harum le ofrecía, ¡que idiota era!, no supo reconocer las intenciones de su hermanastra, y luego, Alek se presentó como un caballero, un amor fácil e ideal, pero el tiempo le dejo ver que eso tampoco era así; ¿volvería a caer en el engaño de la facilidad? ¿en verdad la vida pensaba hacerla tropezar con la misma piedra? De acuerdo, se suponía que debía atrapar al mafioso, pero… ¿así de fácil? ¿y donde estaba la madre del niño? Además, no era lo mismo atrapar a Lukyan por una deuda, que atraparlo de amor, ella no queria un compromiso, no deseaba eso, ella queria venganza, sangre, sufrimiento, lagrimas amargas como las que ella aun después de diez años continuaba de
Lukyan retorno a su mansión, su mente divagaba entre disfrutar lo bella que era su mujer y lo frustrante que le resultaba hacer las cosas a su tiempo, se notaba en esos ojos celestes que era terca, aunque también había un toque de dulzura en ellos que le provocaba calor en el frio corazón de la muerte blanca; una vez que tanto su hijo como él ingresaron en su hogar descubrió quizás por primera vez lo inmensa que se sentía aquella construcción, por más que Alek y otros empleados habitarán allí, no era lo mismo que cuando aún sus padres vivían y si él siendo un adulto sentía ese vacío, no queria imaginar lo difícil que debía ser para Vladimir pasar sus días allí, solo. — Dima. — llamo al empleado al cual le confiaría su vida si fuera preciso. — Señor. — podría llamarlo jefe, o simplemente Lukyan, pues Dima lo conocía desde que era un bebé, sin embargo, siempre se refería a él con un respeto casi absurdo, pero agradable. — Busca un buen colegio para Vladimir. — Dima lo vio con asombro
En menos de media hora, tanto padre como hijo habían escogido sus ofrendas para darle a la bella pelinegra y ya se encontraban fuera de su departamento.— No es necesario que esperes por nosotros, una tormenta de nieve se acerca, lo más conveniente es que pasemos la noche aquí. — informo Lukyan sonriendo aún más, si, ver el futuro tenía sus ventajas.— De acuerdo señor.— Dima. — lo llamo cuando ya estaba fuera de la camioneta. — ¿Quién era esa joven de la que te enamoraste? — era el líder, y conocía a Dima de toda la vida, el mayor nunca se casó y era la primera vez que sus ojos brillaban al recordar a una mujer, era obvio que se había enamorado, pero que la había perdido.— Su tía, Victoria Zabet.— Oh. — rebatió sorprendido, no por el nombre de la mujer, sino por la valentía del empleado de enamorarse de ella.— Nunca tuve opción contra la sombra de Italia, su tía siempre fue una cautiva de su amor.— Eso es verdad. — a Lukyan no le quedo más que sentir pena por Dima, pues el mismo
La mente del mafioso era un torbellino, ver el futuro tiene sus ventajas, pero comprender el pasado, eso era mucho mejor, o al menos así pensaba Lukyan, tendido en aquel sofá, viendo el techo y una pequeña mancha que estaba seguro era sangre, su mente navegaba en un mar de preguntas, ¿Por qué Dasha no recordaba aquella noche en la que la hizo suya? ¿no se suponía que la primera vez de una mujer era tan importante que esta permanencia en la memoria de la dama hasta el último día de su vida? ¿acaso había perdido la memoria? Tal vez… solo tal vez, ella no fue a ese lugar con la intención de entregarse a él, sino a otro. Esa conclusión lo enfado, a tal modo que decidió sentarse, ya que el aire entraba con dificultad a sus pulmones; y entonces, otra ronda de preguntas lo ataco. ¿Por qué dejo a Vladimir? ¿Por qué su hijo nació prematuro? ¿acaso trato de abórtalo tardíamente? ¿fue ella quien solo lo dejo a la intemperie cerca de la mansión, sin importarle que lo encontraran o no? Y si tal vez