6 El arte del engaño.
Dasha no esperaba que nadie fuera por ella al aeropuerto, y efectivamente, su familia no la defraudo, aunque no puedo evitar sorprenderse al ver a Alek Neizan en el estacionamiento, su primer reacción fue detener sus pasos, pero solo le tomo un segundo, retomar la marcha, ese hombre no era suyo, y estaba segura de que nunca lo fue.
— Dasha, ¡Dasha! — se vio obligado a llamarla en más de una ocasión, mientras la pelinegra continuaba su camino y ante la falta de atención de la mujer, Alek corrió tras ella. — Hey te estoy hablando. — recrimino apenas su mano sostuvo el delgado brazo de Dasha.
— Le pediré que no me toque señor Neizan, no quisiera tener problemas con su futura esposa y menos con mi padre. — rebatió con frialdad, mientras se soltaba del ligero agarre.
— No comprendo porque me ves así. — cuestiono cruzando sus anchos brazos sobre el pecho y Dasha tenía ganas de patear su cara.
— ¿En verdad no lo entiendes? Conspiraste con Harum.
— No, Dasha, las cosas no fueron así, solo… el