Al ver su brazo hinchado, Jenny casi se desmaya del susto.
¿La había mordido una serpiente? ¡¿Acaso iba a morir?!
Jenny, sin atreverse a pensar más, llamó desesperada a Miguel.
Una, dos, tres veces...
Llamó más de diez veces seguidas.
La cabeza comenzaba a darle vueltas.
Temiendo quedarse dormida y no despertar jamás, siguió llamando desesperada a Miguel mientras rogaba en silencio: ¡contesta el teléfono por favor!
¡Si no contestaba pronto, moriría!
Por fin, se escuchó la voz impaciente del hombre: —¿Qué diablos quieres?
—Miguel, me golpearon y me abandonaron en medio de la nada. Algo me mordió la mano y tengo todo el brazo hinchado. ¡Ven rápido a rescatarme! —Al final, Jenny sentía la lengua entumecida y apenas podía articular las palabras.
Hubo dos segundos de absoluto silencio al otro lado antes de que respondiera con voz grave: —Envíame tu ubicación, voy por ti ahora mismo.
Jenny temblorosa le mandó la ubicación por WhatsApp.
Después de enviarla, todo se oscureció y su cuerpo se de