Cuchicheos aquí allá lograban distraerla de los muchos pensamientos que cruzaban por su mente, la visita de su tía y su insistencia en que dejara de buscar a su hermano perdido la tenían en ascuas, Eros no había molestado el resto del día, al menos, eso era un alivio…una repentina nausea la atravesó al recordar las insinuaciones de este…estaba claro que la deseaba para fines no tan inocentes, aquello, por alguna razón desconocida, no se sentía para nada bien a pesar de que era también un hombre demasiado apuesto, el sentimiento que le producía su cercanía lograba causarle tremendos escalofríos, sea lo que fuera por la razón que fuese, aquel sentimiento era muy diferente al que experimentaba con Edmond o incluso Fernand.

— Hola linda — saludaba Alfred, el fiel sirviente de Fernand Beaumont sacando a la rubia de sus pensamientos.

Juliette miro hacia todas direcciones buscando a quien podría estar saludando el apuesto muchacho que siempre acompañaba a su un poco odioso y caliente jefe.

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