~Acto II- Tuya.
Mi corazón late como reloj de pulso, tengo miedo al tamaño y al dolor de la primera vez sin embargo quiero entregarme en cuerpo y alma a él. No estoy enamorada, me es imposible amar pero sé que le deseo, lo quiero. Es mi amigo, mi compañero, mi esposo por imposición de la luna y también... Mi primer beso, el primero en tocarme y hacerme llegar al clímax, mi primer amigo, el primero en enseñarme todas estas sensaciones nuevas... Mi primer en todo. Incluso si una de las Cadence del pasado "amó" por primera vez, esa fue Cadence Dawson, es la primera vez que Cadence Beckham quiere a alguien del sexo opuesto. Ery, sé que no puede ser amor. No me puedo enamorar de un personaje ficticio por muy encantador y apuesto que sea. Esto es por los preceptos se supone, es lo que me digo constantemente, que no debería significar más...sin embargo lo hace. Él es muy especial para mí. —Ery, no te detengas. Por favor, bésame y está vez puedes hacerme todo lo que quieras. Si te pido que lo detengas bésame de nuevo y hazme olvidar mis temores a lo desconocido. —Cady... —Ery...Él me besa, no con lujuria ni demasiada ternura porque sigue siendo apasionado y mi interior vibra con la sensación de sus labios en los míos.
—Mmm...Ery. Cuando se separa un momento, mis labios ya extrañan demasiado a los suyos. Envuelvo mis brazos en su cuello y lo beso de una manera más hambrienta y profunda. Ery sin necesidad de pedírselo me corresponde con la misma entrega. Lo beso olvidando respirar, dejo que me robe el aliento hasta que vuelve a separarse y me toma de las mejillas. —Cady, esta noche no me detendré. No pararé hasta que mi pene te lleve al éxtasis, innumerables veces, no te soltaré hasta sentirme satisfecho. Todavía puedes detenerme, un beso más y será el último rastro de mi autocontrol. Mis manos toman sus mejillas y con una inclinación leve, un simple roce de mis labios contra los suyos, confirmo que puede seguir adelante. —Entonces libera tu mente, te llevaré conmigo a conocer las maravillas del mundo. Asiento, en sus ojos no solo veo pasión y peligro, veo un mundo completamente nuevo que quiero recorrer en sus brazos. — Hazme gemir, temblar y vibrar en una sola voz de sexo y desenfreno.'Antes de que me digas algo y levantes falsos, no, eso no lo dije yo. Es enteramente tuyo aunque muero por unirme a mi pareja' Lo sé, finalmente comprendo lo mucho que lo deseo. Esto que siento es por él y nadie más. —Hazme finalmente tu mujer, Terrence Gian Avery, líder de la manada Silivia Crescent Lake. . Él gruñe, es más como un ronroneo probando su deseo y su pequeño intento de autocontrol. Detesta que lo llamen por su nombre, admito que llamarle así me da un sentido de poder y a la vez traviesamente busco provocarle para que sea rudo conmigo un momento. Beso su mejilla, la comisura de sus labios, doy un beso rápido y me enfoco en su cuello. —Ugh... Si me provocas así --- Doy más besos rápidos y poco a poco imito todo lo que Ery me ha hecho desde que comenzamos a tener esta clase de relación carnal donde nos deseamos. Mis movimientos son sutiles como el aleteo de una mariposa, sí, quiero ser una chica mala y provocarle hasta que estalle. —Cady... No respondo, sigo besando su cuello está vez mordisqueando levemente su hombro, mis manos toquetean sus pectorales por arriba de la ropa. Desearía meter mis manos por debajo de su ropa pero me contengo, no se lo daré todavía. La punta de mis dedos, justamente desde la yema, toca por debajo de su ombligo llegando hasta el inicio del pubis. Todo esto lo hago sin apartar mi boca de su clavícula, quiero que sienta como lamo por la abertura escotada en su camisa. Ahora quien no puede soportarlo soy yo. Deslizó mi mano un poco más abajo buscando una cercanía más piel con piel. Sé que me entiende cuando me toma de la muñeca, me jala hacia él y en un movimiento rápido me empuja contra la cabecera de la cama. Su mirada es deseo y lascivia. Sin pestañear ni apartar sus ojos de los míos, levanta su camisa y desnuda su torso para mí. Él no tiene idea de la cantidad de veces que he deseado hacerle de todo a esos pectorales sin camiseta. Toqueteo juguetonamente uno de sus pezones comprobando que también está duro. Ery gruñe bajo haciendo un sonido gutural, un instinto por demás animal. —Quería disfrutarte poco a poco pero has llegado a mi límite. Deshace la cinta de mi ropa y me quita el corpiño con rapidez, besa mi hombro y toca mis pechos con toques seguros y firmes. Él no quiere ir lento, no después de lo que le he provocado con el tire y enrolle de mis manos. Mete su mano debajo de mi pantalón de ejercicio justo en la línea se mi abdomen y sin tocar indebidamente, recorre mi muslo con suavidad pero con mayor rapidez. Quiere quitarme la prenda y gruñe al sentir mi peso interferir con su objetivo. Siento su desesperación, el deseo que le recorre por las venas que sobre salen en su cuello y recorren su brazo. Quisiera lamerlo y recorrer la línea palpitante desde su brazo hasta el pecho, justo donde está su corazón. —Quítate todo o lo desgarraré, te quiero completamente desnuda en diez segundos. Diez... Nueve... Mientras hace la cuenta regresiva lentamente con una su voz gruesa y sensual, me desvisto rápidamente. —Muy bien. Te has ganado una recompensa. Me besa con pasión mientras se quita la parte inferior de la ropa con un solo movimiento hacia abajo y me muestra su gran pene la mitad de erecto. Mentiría si digo que no estoy salivando en este mismo momento de solo imaginarme lo que me hará a continuación con eso. —Ahora soy tu igual. Toca mis pechos y los acaricia en forma circular apretando con fuerza, besando mi clavícula y posicionado en medio de mis piernas rozando mi intimidad con su miembro. Mi voz es un gran gemido que no puedo contener. Vuelve a besarme, su pene comienza a crecer, se endurece sobre mis labios vaginales que comienzan a humeder y abrirse. Muevo mis caderas arriba y abajo para sentirlo más cerca de mi entrada. La sensación y cosquilleo son insoportables. Ery suelta un gemido sensual y tendido mientras mueve su pelvis lentamente experimentando con la sensación de mi humedad contra su miembro. Quiero tocarlo yo también, pero él es un tremendo distractor. Mis movimientos se han vuelto torpes pues he sucumbido al placer que él me provoca. Sus manos acarician mis pantorrillas recorriendo el camino suavemente hasta mi muslo abriendo con sus dedos entre mis piernas mientras mi centro es atacado piel con piel contra la longitud de su pene entre mis pliegues carnosos. Esta vez mis gemidos son dobles y mi voz se eleva en la habitación, a Ery no le gusta que me tape la boca así que aleja mis manos y me advierte que debo dejar salir todo por mi boca sin filtros. Muevo mi cadera buscando una sensación más extrema y el desgraciado suelta mis piernas deteniendo por las muñecas mi bestia interior. —Aun no, debo abrirlo un poco más para que pueda entrar todo. Asiento pero no puedo evitar hacer un puchero torciendo la boca. Quiero que lo meta y me libere de este deseo incontrolable que me quema por dentro desde hace ya tantos días. Cuando se detiene no puedo evitar soltar un gran suspiro. ¡Por favor, que nadie nos interrumpa! ¡Si no podemos llegar hasta el final esta vez, me moriré de sed y deseo! —Apenas estoy comenzando, lobita. Descuida, no dejaré un solo rincón de tu cuerpo sin probar, te lo voy a meter duro, hondo, hasta la raíz, vas a gemir mi nombre hasta quedar afónica. Te haré tocar la punta del cielo y el paraíso... Besa mi cuello y susurra en mi oído haciendo que la sensación sea insoportable. —Y también mi dulce y ardiente infierno. Gimo con sus palabras lascivas y picantes. Sé que cumplirá todo eso y más. —Te lo haré en cada posición que se me ocurra, no quedará ningún lugar de tus sueños salvajes sin cumplir. Vamos a disfrutarlo juntos así que sé paciente, quiero que esté abierto y preparado para recibirme. Hoy tomaré mi tiempo. Besa de nuevo mi cuello y lame debajo de mi lóbulo mientras susurra lentamente un "Será la única vez, porque una vez entre te lo meteré cada día en todo lugar y tú me lo abrirás para que entre hasta el fondo" Gimo de nuevo cuando levanta una de mis piernas y besa mi muslo sin apartar su mirada de mí. El deseo, la sensualidad y el erotismo del momento aceleran mi corazón. —Ery... Por favor.—Aun no.
Pero yo ya necesito tu pene en mi interior hurgando hasta lo más profundo... —Descuida esto no es para torturar. Mientras eso sucede te haré gemir en mil maneras, te lameré en cada rincón y te haré llegar al clímax muchas veces, quedarás muy satisfecha con el desempeño de tu vigoroso esposo. —Mmm... ¿Sabes? Detesto cuando hablas en tercera persona. Logro murmurar algo como "Eso es poco atractivo y me enfría completamente" cuando tapa mi boca. —Entonces para resumir, te voy meter mi verga pero no quiero que te duela la primera vez así que voy a meter mi lengua en tu coño y voy a abrirte. Voy a introducir los dedos hasta que el hueco sea lo suficiente grande para meter mi valor y hombría hasta los huevos que chocarán con tus nalgas, golpeando hasta que queden rojas. Cielos... Si no habla en tercera persona me hace sonrojar con palabras vulgares y atrevidas como esas. —Si me dices que no te gusta que te hable de esta forma tan sucia, te meteré mi pene por la boca para que tu boca esté en las mismas condiciones de suciedad. — ¡Qué clase de lógica es esa...Aaah...! Me lame con la punta de su lengua caliente y su saliva escurre por los labios inferiores entre mis piernas. Succiona y los besa como si me besara en los labios, incluso introduce su lengua y juguetea con cada lugar hasta que finalmente entra por la abertura. No fue solo verbo cuando dijo todo lo que me hará, lo está cumpliendo todo al pie de la letra. Repite el proceso varias veces y pone su dedo en la punta buscando por arriba de mis labios el timbre de placer. En cuanto lo encuentra, molesta la perla haciendo movimientos circulares y lame en su protuberancia.Cuando creo que no puedo sentirme más excitada, su dedo se introduce sin ningún problema y se hunde hasta el fondo.
—Parece que con todos estos días de meterlo ya entra fácilmente un dedo. Veamos si aún te entran dos... Continúa lamiendo y su dedo hace un va y ven lento que va acelerando poco a poco como un pistón. Gimo largo, tendido y casi como un susurro hasta que Ery introduce otro dedo y esta vez mi gemido se agrava. —Dos dedos sin ninguna dificultad, Cadence. Creo que así como está de húmedo y abierto, entrará un tercer dedo, cuatro o incluso mi mano entera— Ery libera mi interior y me muestra cómo le sigue a su mano un hilo como telaraña húmeda que le conecta directo con mi centro que lame de sus dedos haciendo una expresión muy sensual—Esta tan lleno de miel que tal vez si pueda entrar mi verga en un lugar estrecho como este. —Por favor... Evita esos comentarios sucios... ¡Aaaah...! Dos dedos se mueven hacia afuera y adentro lentamente y nuevamente a cada penetración aumentan la velocidad hasta que solo puedo gemir y dejarme llevar. —Ahora voy a ensanchar tu coño por dentro, aguanta un poco, Cady.'¡Es todo un poeta!' Chiara aúlla de la emoción y me transmite su excitación prolongada. Ella también ya quiere saber lo que se siente que un miembro de ese tamaño se hunda hasta el fondo y llene el interior. Lo deseo tanto que me duele el vientre y arde.Sus dedos se curvan y con movimientos alternados separa sus dedos abriendo y cerrando como una tijera. Luego curvando sus dedos y acariciando las paredes vaginales explora cada rincón de estas hasta que encuentra algo que le hace sonreír.
—Cady... Voy a meterlo. Si duele un poco muerde mi hombro, no creo poder esperar más. Asiento con la cabeza mientras él abre más mis piernas sin sacar los dedos de mi vagina. Introduce un tercer dedo y está vez no es lento, lo hace con rapidez, desesperación por llegar al siguiente nivel, hasta que mis piernas tiemblan y mi vagina tiene un espasmo. —Hmmm... Está todavía un poco apretado. Tres dedos entran y salen hasta que comienzan a deslizarse con mayor facilidad y mi centro queda húmedo manchando las sábanas con mis jugos lascivos. Antes de que pueda llegar a la cima el desgraciado vuelve a retirar sus dedos dejándome con una respiración agitada y suplicando que continúe. Sin decirme nada toma su miembro y lo posiciona en la entrada, introduce la punta, es demasiado grande su circunferencia, tamaño y grosor son mucho más que el de sus dedos. Ery gruñe liberando un sonido gutural cuando finalmente introduce lentamente la punta de su miembro, sale un momento y posiciona lentamente sus caderas, solo es la punta, en su rostro se refleja como un libro abierto su sorpresa como si pensara "Increíble ¿si fuera completo será incluso mejor?" poco a poco logra entrar hasta la mitad y para ese punto sus ojos se vuelven negros llenos de deseo. Ha perdido cualquier ápice de autocontrol. Me abre más las piernas, saca su miembro, vuelve a posicionar la punta tomando impulso y empuja su cadera con fuerza en un solo golpe. — ¡AAAAAH! En ese momento suelto tremendo grito al sentir como si me hubiera partido por las piernas como pavo en Día de Gracias. — ¡Duele...! — ¡Hasta se me han salido las lágrimas! —No, Cady. No es dolor porque lo preparé bien. Es algo parecido al dolor solo que placentero y adictivo. Debe doler un poco para que el cuerpo descubra que hay un nuevo huésped que ha decidido visitarlo de manera permanente. Me promete que pronto se sentirá tan bien que le pediré que me dé más. Acaricia mi rostro, lame la comisura de mi ojo y con palabras suaves me calma. Sus caderas empujan una vez más y saca su miembro saliendo toda su longitud excepto la punta. Cuando la punta casi sale, él vuelve a golpear con sus caderas en una sola estocada entrando hasta la raíz. Mi voz emite un pujido. —Un poco apretada pero estoy seguro de que te sientes tan bien como yo. A pesar de que es una sensación extraña y mi interior parece que se va a partir por la mitad, aunque duele, admito que me gusta esto. Es adictivo como dice Ery porque deseo más. —Eso es, nena... Muévete tú también... Él detiene su movimiento y me deja tener el control y decidir qué tan lento o rápido quiero que me penetre. Después de unos cuantos movimientos míos dónde mi propio interior le aprieta el miembro como un saludo, Ery respira con una gran profundidad y me empuja las piernas hasta que las rodillas se apretujan contra mi pecho. Me embiste con mayor fuerza. ¡Finalmente tenemos sexo con penetración! —Finalmente pudo entrar...—Lo dice en un tono animal y gutural con una voz grave que me hace estremecer de gusto. —Ery... —Mia... —Empuja con más fuerza y gime —Mía... Cada vez que me embiste, sale y entra diciendo "Mía" con una voz cada vez más autoritaria. —Todo esto es mío... Tu voz, tu deseo, tu primera vez y también... Me besa y me introduce la lengua hasta el fondo como nunca antes había hecho. Al separarse nuestra saliva aún nos une en un gran hilo transparente y espeso. — ¡Toda Cadence Beckham es mía! Él no tiene idea de lo mucho que me hace estremecer escucharle llamarme por mi nombre. No es por un apodo ni tampoco por el nombre de alguien más, es mi nombre, me quiere a mí."MÍO..." Mi interior vibra esa palabra, trago mi deseo de decirlo y lo abrazo contra mí envolviendo mis piernas en su cadera. Mis manos toman su trasero y Ery para un momento. —Atrevida... —Aprendí del mejor maestro. Me besa de nuevo y continúa empujando. Mis gemidos se ahogan en su boca y su lengua barre la mía como el movimiento de una serpiente. Me aferro a él tomándole del trasero con más fuerza. Él también gime y el sonido junto con el aire caliente escapa de su boca. —Si vuelves a hacer eso te cogeré tan duro que tus piernas perderán toda la fuerza, no podrás caminar más tarde--- Nuevamente aprieto su trasero. — ¡Tú lo pediste...! Ery me toma de las piernas y abre mis muslos de par en par. Me embiste tan duro que siento como si me partiera en dos nuevamente, luego una sensación más que placentera me recorre en mi vientre. Mis gemidos se convierten en un halo que exhalo temblorosa y suavemente como un susurro. —Cadence... me estas apretando y no creo poder contenerlo más--- Con cuatro empujones más se adentra hasta la raíz mientras un sonido gutural que emana desde su interior se funde con mi último gemido y una sensación caliente brota en mi intimidad. Ery respira hondo sin salir de mí, entre cada respiración continua entrando y saliendo lentamente hasta que finalmente se detiene y se desploma sobre mí. —Eso fue... — ¿Sobrenatural? —Iba a decir que lo más increíble que he sentido en la vida. Aunque estoy segura que lo ha liberado todo dentro de mí puedo sentir aún su dureza... —Te amo. Luego todo se congela para mí. Hace un momento también me había dicho esa palabra y fue lo que me hizo romper mis defensas. Pero no me había percatado de la magnitud de la palabra. "AMOR" ya antes creí que diría algo así cuando hablamos del secreto de Dieterich/Sieg, la noche lluviosa, todas esas veces he tenido la corazonada. Por eso elegí ignorar aquello y le dejé en claro que sólo somos amigos. Debía decírmelo a mí misma antes de interpretar nuestra cercanía como algo más.‘Si claro "Amigos", los amigos no tienen su miembro hundido en el...' —Ery... yo... voy a regresar cuando todo esto termine y encuentre los preceptos restantes-- ¡Aaah~! —No pienses en cuándo terminará ugh... sino en lo bien que se siente ahora... —Dice tomándome de las caderas posicionando de nuevo su miembro —En este momento eres mía y yo soy tuyo. Él comienza a embestirme primero lento con golpes pausados haciendo que mi cuerpo rebote con el suyo. Toma mis brazos entrelazando sus dedos con los míos haciendo fuerza en su agarre y empuja con mayor fuerza cada vez más rápido. —Cadence— Dice con una voz temblorosa pero grave— solo puedes verme a mí en este momento. Eres mía, de nadie más. Continúa diciendo "Mía " con cada embestida y pujando un gruñido con cada rebote. Yo también gimo constantemente hasta que se convierten en un solo jadeo. Comienzo a dudar e intento resistirme a sus encantos. De inmediato presiona sus manos que entrelazan mis dedos y me tranquiliza. —Cuando todo esto termine entonces veremos qué sigue...ugh... que bien se siente... —Dice tomándome de las caderas, entrando y saliendo con movimientos rítmicos y oscilaciones nuevas—Finalmente... Empuja con fuerza y mis pechos rebotan con el impacto. — ¡Aaah..!. —Mía... Nuevamente empuja y está vez suelto un gran gemido largo cuando besa mi cuello. —Mía... Ery también gime o gruñe, parece una mezcla de ambas, lo disfruta tanto que me embiste con mayor fuerza y acelera el movimiento de su pelvis. —Mía... Todo esto es mío... Mi Cadenza, mía... —Tuya —Le responde Chiara mi loba, aunque en otras circunstancias refutaría tal expresión machista, estoy tan extasiada que ya nada de eso me importa. Parece gustarle esa respuesta pues me abraza sosteniendo mi espalda y abre mis piernas continuando en una posición nueva de costado. Cuando hablamos sobre su primera experiencia, Sarah me dijo que al principio duele, que la sensación es extraña pero que una vez el cuerpo se acostumbra terminas pidiendo... —Más... — Repítelo. No te... Escucho... —Más... —Si no lo pides bien no podré escucharte. —Hmm... Por favor... Mi Alfa, esposo... Más. —Llámame por mi nombre, nena. —Tonto... Alfa... No me digas nena-- Se detiene y mi cuerpo llora al no poder alcanzar el clímax. —Si no dices fuerte y claro que quieres mi verga mientras exclamas mi nombre, me detendré. —Tonto... Lobo malo... No... —Supongo que debemos parar aquí. Él cumple con su palabra y detiene el movimiento de sus caderas. —No... — ¿No? Entonces creo que ya no quieres, vamos a dormir-- — ¡NO, NO, NO, NOOOOO! Ery sigue sin darme lo que quiero así que aferró mis uñas a su brazo y grito con todas mis fuerzas — ¡Alfa Ery...! ¡Mi Alfa...! ¡TERR...ENCE...! —No me parece que lo desees tanto. — ¡MÁS! — ¿Qué es lo que quieres? ¿Hm? — ¡Dame más, más fuerte, duro, lléname hasta el fondo, tonto Alfa! —Casi me creo que estás pidiendo más pero con esa última parte me das a entender que no lo deseas lo suficiente--- — ¡TERRENCE GIAN AVERY! ¡POR FAVOR, DALE MÁS DURO EN EL COÑO A TU OMEGA QUE DESEA HASTA EL FONDO EL SEMEN DE TU ENORME VERGA! — ¡NGH! ¡De acuerdo! ¡Aquí tienes mi verga! — ¡AAAAH! ¡Sí! Ni siquiera sé si esas palabras fueron mías o de mi loba, quizá ambas lo hicimos al unísono, sea cual sea la respuesta no me importa. — ¡Terrence! Lo único que me importa es la sensación de su miembro perforando en mi interior como hierro ardiente. — ¡Hmmm...Cady!—Me embiste cada vez que dice mi nombre de muchas maneras — ¡Cadence! ¡Mi amada Cadenza...! —Terrence... — ¡Cadenza! Llamando con desesperación el nombre del otro, con las manos entrelazadas, ambos implosionamos al unísono y solo nos liberamos para abrazamos. Después de un momento en que seguimos unidos, finalmente recuperamos un poco el aliento, nos soltamos y rodamos con fuerza mirando hacia el techo con los brazos abiertos. Una vez ha finalizado el acto animal, mi corazón late con fuerza, mis fosas nasales inhalan el aroma del Alfa y nuestros cuerpos sudorosos desnudos. Es la mejor sensación del mundo.Dios, me he perdido de mucho en el mundo. Debí hacerlo en vida alguna vez pero nunca conocí al hombre correcto.
Siguiendo mi instinto y los deseos de Chiara, ruedo hacia su pecho y me sostengo con las manos con la poca fuerza que me queda mientras respiro agitadamente. Inhalo. Exhalo. Inhalo... —Wow... Cady... Me haces sentir increíble. —Tu... No lo hiciste... Tan mal... Para ser un Alfa tonto cuyo único valor y hombría es lo que lleva entre las piernas. —Si aún puedes insultarme un poco, significa que tienes fuerzas para una ronda más ¡Lo dejé pasar una vez, ahora voy a castigarte por llamarme por ese nombre prohibido! ¡También me voy a cobrar las palabras de esa noche! — ¡AAAAHN~! Comienzo a arrepentirme por lo que dije, en cuanto me voltea con rapidez con el pecho sobre la cama y tomándome por el trasero me pega una buena nalgada. Por supuesto Chiara exclamó agradecida. Antes de que pueda reaccionar me agarra con fuerza de las caderas, con mis rodillas sobre la cama, levanta en alto mi trasero y me embiste con una sola estocada. Mi espalda se arquea y mi cabeza cuelga hacia atrás como reflejo. — ¿Cuál dijiste que es mi único valor y hombría?¡PLAP! Libero un gran gemido mientras mueve sus caderas y luego me da otra nalgada. —Cierto, esto ¿no es así? Me embiste cuatro veces más y me toma por el cuello detrás para susurrar en mi oído su victoria. — ¿Es suficiente hombría para ti, Cadenza? —Aaah... Más que hombre eres una bestiaaaah...~ — ¿Bestia? Hmmm... Quizá tengas razón pareja, soy una bestia. Porque en este momento solo pienso en lo mucho que quiero hundir mi #### en tu #### hasta que ##### Chiara exclama emocionada deseando que nos pegue otra nalgada animándome a decirle algo que provoque que nos palmee de nuevo mientras me tapo la cara hundiendo mi cabeza como avestruz. Trato de hacer oídos sordos a todas las palabras obscenas que dice ese Alfa pervertido al usar el sonido de las sabanas para cubrirlos pero esa loba igual de pervertida no me deja pensar con claridad. — ¿Te hice sonrojar, Cadenza? Ery continúa moviendo sus caderas y toma mi brazo desde atrás para jalarme más hacia él. A este paso voy a terminar viendo la luz después del túnel... Necesito parar un momento. — ¡Si...! ¡Aaah...! ¡Eres un hombre, no un animal así que dame un respiro...! —Sabía que te vendría bien mi disciplina.¡PLAP!'¡Diosa, gracias!' Me pega otra nalgada y gimo. El sonido hace eco. Finalmente se ha detenido, pero antes de poder suspirar y respirar de nuevo, Ery nuevamente ha comenzado. —Aunque tengo el cuerpo de una mujer lobo, seguía siendo virgen hasta hace poco... por favor... —Bien, ya has aprendido tu lección. Nunca provoques a tu Alfa. —Quien lo entiende, a veces quiere que lo llame Alfa y otras dice que no seamos tan formales. No quiere que lo llame animal pero me lo está haciendo como si lo fuéramos a cuatro patas. Ery me embiste lentamente como si quisiera saborear mi interior con su alter ego, aunque ya se vino otra vez, aún parece tener mucho vigor. Después de lo que parece un rato largo e interminable, finalmente gruñe liberando su tercera carga consecutiva y me voltea para que lo vea de frente, veo con horror que su miembro aún tiene energía que rendir y nuevamente entra. — ¡Terrence...! —Solo en la cama te permito llamarme así. Me excitas tanto que si lo haces... No me importará si es sobre la mesa del comedor o enfrente de toda la manada. Él me besa y hunde su lengua hasta dentro de mi boca. Chiara me incita a recibirlo y corresponderle con los mismos movimientos. Nos besamos de una manera que inicia como un acto bestial, hambrientos el uno del otro. Luego, conforme llegamos a un nuevo clímax, nuestro beso se vuelve más lento y tierno. Él me da besos rápidos en los labios, yo le respondo igual. Luego me lame los labios, el cuello, besa mi mejilla, mi frente y mi cabeza. Nuevamente me besa con cuidado y mi vista se nubla. No creo poder aguantar más. Aunque tenga la resistencia de un lobo soy solo una pobre autora que no había tenido experiencia hasta ahora. Siento como si hubiera perdido todo el uso de mis piernas, todo dentro de mí tiembla y cosquillea. Me envuelve entre sus brazos susurrando algo como "Buena chica" pasando sus manos sobre mi cabeza acariciando con ternura embriagante hasta que mi respiración se estabiliza. En cuanto cierro los ojos me dejó envolver entre su aroma y calor corporal hacia el mundo de los merecidos sueños. Si logro salir de aquí, nunca más escribiré a un protagonista insaciable como este.Después de tanto tire y enrolle finalmente lo hicieron y vaya que Ery se cobró todas esas veces en que se quedó con las ganas. Publicaré dos capítulos más entre hoy y mañana ¡Ya casi son 1000 vistas!