Capitulo 100.5- Cadenza detrás de Escena 2

Acto V- Para que puedas recordarme (Encore) ~

Desde el balcón de la habitación, recargada en la baranda, observo el cielo nocturno y estrellado.

Esta noche no hay aullidos, todo parece en calma... Excepto yo.

Aunque mantengo en mi rostro la apariencia serena, por dentro algo dentro de mí está a punto de ebullición.

—Mentiroso.

Digo sin dejar de torcer la cinta blanca que él me ató en mi otra muñeca.

Tan solo ha pasado un día y sus promesas vacías parecen palabras de un libro barato.

Después de haberle visto actuar tan extraño todo el día me preocupé por él, pensé que tal vez lo habría hechizado Alexia o que el espía que no hemos podido identificar haya hecho de las suyas con acónito de nuevo.

Me llegué a preguntar seriamente si estaba en celo pues no dejaba de decirme cosas vergonzosas olvidando quien estuviera presente escuchando todo.

Incluso me regaló un ramo de flores sin motivo alguno y parecía tener mucho calor pues se levantó la camisa aunque el clima estaba fresco.

Así que cuando le pregunté me sorprendió mucho que limitara todo a un "Yo solo quiero estar contigo" y con esas palabras mis preocupaciones y molestias se evaporaron.

Pensé que estaba loco ¿hacer todo eso por algo tan pequeño como querer algo de privacidad conmigo? Ese pensamiento lo deseché de inmediato cuando confirmé en su mirada que sus palabras eran sinceras. Luego pensé "Ah, creo que su locura es contagiosa" porque sentí que sus motivos eran graciosos y tiernos.

Él me dijo que en su interior sentía la inquietud porque cree que desapareceré en algún momento y todos le dirán que fue un sueño.

No pude evitarlo, quería darle algo que pudiera recordar cuando me vaya. Algo que confirme que estuve alguna vez aquí y a la vez algo para que cada mañana pueda verlo mientras trabaja en los asuntos de la manada o tiene que ir al campo de entrenamiento.

Era mi única intención.

Darle un amuleto para que pueda recordarme. No esperaba que él también me diera uno.

"Entonces yo también te daré el mío"

El calor de su mano atando el listón es algo que aún puedo sentir.

Aún permanece su respiración, perdí la cuenta de sus latidos y los míos, su olor me pareció más exquisito que antes...

Entonces sucedió.

Me dejé llevar. Terminé arrodillada como dijo que quería verme esa mañana, abriendo sus pantalones y sin pudor alguno admiré su forma, lo acaricié, besé la punta y lo introduje en mi boca.

Solo lo hice una vez antes, aunque no me desagradó hacerlo el resultado si lo fue.

Estaba en un trance, solo quería brindarle placer, otro recordatorio de que existo y que somos compañeros en una misma travesía.

Él también se dejó llevar, pronto esos movimientos tímidos míos se volvieron más audaces y su mano en mi cabeza me guiaba hasta que finalmente emitió un gemido.

Pensé que había logrado la misión, honestamente ni siquiera había pensado en cumplirla hasta que escuché salir de su boca un sonido celestial.

"Quiero escucharlo más"

Pensé.

Con mayor entusiasmo tomé su miembro por el pilar y lamí su longitud desde la raíz a la punta.

En el pasado cuando vi un vídeo para adultos me pareció repugnante eso, sentí nauseas de solo ver unos pocos segundos. Incluso la forma de esos trozos de carne me parecían poco atractivos.

Pero no con Ery, la forma, color, tamaño y textura en mi mano me fueron fascinantes.

"Cadenza" me dijo con un gruñido y temblor en su voz.

Solo mi abuela me llamaba así, cuando Ery me llamó de esa forma fue mayor mi entusiasmo.

"Cadenza" dijo una vez más en un suave susurro. Murmuró algo más pero no lo escuché, además de decirlo en un tono demasiado bajo mi mente estaba más atenta en brindarle placer haciendo bien mi trabajo con la boca, lengua y manos.

"Perdóname, Cadenza. No puedo más"

Sin terminar de decir "más" me jaló hacia él hundiendo su miembro profundamente en mi garganta. El movimiento de su pelvis era rápido y desesperado.

Repitió mi nombre varias veces, cada vez que golpeaba en mi garganta automáticamente me llamaba en una voz cada vez más suave.

En algunos momentos mi nombre era pronunciado en voz alta seguido de un "mía" casi como un grito hasta que nuevamente se volvió un susurro.

Su respiración se hizo pesada y con una última ola de embestidas firmes y rápidas finalmente liberó un gran gruñido.

Liberó una gran cantidad en mi boca antes de que pudiera reaccionar.

Para cuándo había recuperado algo de su propia cordura era demasiado tarde, se disculpó un montón de veces, dijo que no era su intención dejarlo en mi boca. Parecía asustado mientras yo apenas comenzaba a procesar lo que habíamos hecho.

Mi boca aún llevaba aquel espeso fluido, no sé si fue por la desesperación de Ery o la curiosidad misma que me surgió en ese instante, lo tragué. Ery se asustó y me dijo que no debía hacer eso si no quería, Pero era mi deseo hacerlo.

Para probarle que había sido completamente mi decisión tome el restante que se había derramado en mi pecho con mi dedo y lo llevé a mi boca.

"No sabe tan mal como la última vez" dije sin dejar de sonreírle.

Ery se quedó quieto un momento, fue breve, de inmediato se agachó a mi altura y tomándome del cuello me besó.

"Ery, espera, aún tengo en la boca tú---"

Me besó de nuevo, introdujo su lengua y estuvimos así un momento saboreando en la boca del otro nuestra saliva.

Sentí mucho calor, nos tendimos en el suelo y Ery se posicionó en medio de mis piernas. Tomó mis bragas dejando al descubierto mi intimidad.

"¿Puedo hacerlo?"

Me preguntó más como una súplica.

Asentí y acarició mi vientre acercando la punta.

Luego alguien tocó a la puerta. Gamma Jerome fue quien se atrevió a interrumpir, le avisó que tenía algo urgente que atender.

Ery quería ignorar lo que fuera diciendo que estaba ocupado. Luego Beta Milo explicó que era sobre "ese asunto" y él tuvo que acceder.

Besó mi frente y se quitó la camisa que me puso cuidadosamente.

"Ya que me diste el listón, tu pecho quedó descubierto"

Es en ese momento cuando por fin sentí la vergüenza que no tuve al hacerle el felatio y me tapé el rostro.

Ery con una pequeña risa dijo algo como que soy adorable y me besó en la frente.

Luego me llevó cargando en sus brazos mientras Jerome y Milo le siguieron. No me dejó tocar tierra firme hasta que estuvimos casi al umbral de la manada.

"Te veré más tarde" me dijo antes de besar mi nariz.

Me sentí frustrada porque de nuevo me había dejado el trabajo a medias. Lo vi alejarse y entré a la casa de la manada. Lo esperé en la habitación hasta que finalmente le vi regresar y sin dejarle que dijera algo lo tomé de la mano y lo llevé jalando de su brazo hasta que me encontré con los baños.

El sistema dijo que no había completado la misión de hacerlo gemir pues necesito hacerlo sentir bien y que libere su orgasmo en un jadeo masivo.

"¿Cady? ¿Qué haces?"

"Dijiste que me ayudarás a completar las misiones"

Le dije firme y até un gran trozo de tela alrededor de la cabeza del Alfa cubriendo sus ojos.

"Vamos a bañarnos juntos" dije apenas pudiendo pronunciar esas palabras.

La verdad es que en el momento en que llegamos a los baños me invadió la vergüenza.

Sonaba como una idea excitante hasta que recordé que tendríamos que desnudarnos y vernos el cuerpo para eso.

El baño especial para el alfa es espacioso y es mucho más grande que una tina

Parece más una alberca. El agua estaba en temperatura justa y aunque estuviera helada no nos habría importado pues la misión no tenía instrucciones específicas solo que debía usar uno de los objetos que gané en misiones. Elegí un jabón especial y aceites para hacer que el baño fuera relajante.

En cuanto nos acomodamos los dos, esperé la notificación del sistema de transmigración anunciando la misión superada.

Nunca sonó aquel sonido que esperaba.

"Tal vez necesitamos seguir todo el procedimiento de tomar un baño"

Dijo Ery con el vendaje aún puesto y yo me encargué de enjabonar su cuerpo.

Él no me reclamó nunca por tener que llevar vendados los ojos.

Cerré los ojos evitando ver sus partes y entonces Ery se reía diciendo que momentos atrás le había visto todo.

Si, en ese momento no estaba tan consciente como para sentir vergüenza.

Acabé de enjabonar su cuerpo entero y Ery quiso devolverme el gesto, me dijo que me diera la vuelta y comenzó a pasar el jabón embadurnado en sus manos.

Comenzó por mi espalda, haciendo movimientos suaves en círculo y acariciando mi cuello.

Una descarga eléctrica me recorrió del cuello por la columna vertebral y solté un gemido.

Ery se detuvo y continuó con movimientos más firmes. Tocando mis hombros, recorriendo mis brazos, y bajando con sus pulgares la forma curva de mi abdomen hasta mis caderas.

"Ery... Se siente extraño--"

Él no me respondió, continúo explorando con sus manos hasta que él chapoteo del agua resonó y la dureza de su cuerpo me abrazó.

Vi en el agua flotar la tela y voltee con horror, Ery me estaba viendo fijamente, sus ojos se veían negros y filosos como un depredador a su presa.

Intenté alejarlo pero me sostuvo del brazo y me acomodó los codos en la orilla.

"Abre las piernas, Cadenza"

Me estremecí, sentí su miembro en mi muslo y mi cuerpo tembló.

"Prometo que no te lo haré, no aquí, no en tu primera vez"

Dijo en mi oído lamiendo detrás de mi oreja y acariciando mi cuello dejando un trayecto de descargas eléctricas hasta mi pecho que tocó primero suave hasta llegar a la punta y jalar de mi pezón.

"Abre más las piernas y cuando te diga ciérralas"

Asiento y abro mis piernas.

Ery acomodó su miembro entre mis pliegues y me indicó que cerrara mis piernas. La presión de mis muslos hizo que él gruñera murmurando que se siente muy bien.

Descubrió mi cuello y me lamió pasando su lengua de manera rápida saboreando con la punta y chupando entre mi cuello y el hombro.

"Cadenza..."

Dijo temblando en un halo caliente en mi oído.

Me llamó por mi nombre, nuevamente me dijo suya, como siempre hace, embistiendo sin entrar por completo, solo restregando su pilar que animosamente acaricia y tienta a mi centro que entre temblores y olas de placer exige ser invadido.

Ery nuevamente gruñó y su semen salió salpicando entre mi muslo y la orilla de asfalto y mármol.

"Cadenza, perdóname, creo que no podré soportarlo más. ¿Puedo entrar? Sé que no es el lugar adecuado---"

Sellé su boca con la yema de dos de mis dedos.

"Yo tampoco puedo soportarlo más. Hazlo."

"Ah... Ery"

Él me volteó hacia él, nos vimos un momento, atraídos por una fuerza invisible me tomó por la barbilla y depositó con gran cuidado sus labios sobre los míos.

Nos besamos, la noche de lluvia también lo hicimos. Esta vez estuvimos completamente desnudos, en la tina más grande que he visto en mi vida. Él posicionó su miembro entre los pliegues de mi centro sin penetrarme todavía. Parecía disfrutar de saborear con su miembro los jugos que salieron involuntariamente de mi intimidad con la punta del glande.

"Ery..."

Alcancé a pronunciar escapando de la prisión de su boca antes de que empujara su rostro besándome con más fuerza introduciendo su lengua rápidamente sin retraerlo un solo segundo. Fue más erótico pues parecía que me estaba penetrando con su lengua. Mis brazos se movieron solos y los envolví en su espalda, subiendo y acariciando su forma con mis manos hasta llegar a su cuello. Una de mis manos se quedó sosteniendo su nuca y acariciando su cabello mientras la otra enterraba sus uñas arañando su espalda.

Perdí la cuenta de sus besos, ni siquiera me fijé el momento en que Ery había metido su dedo haciendo círculos en la pequeña perla que se había enfurecido.

Finalmente nos separamos aún con nuestras lenguas sobresalientes y un gran hilo de nuestra saliva aún mantenía unidos los extremos de ellas.

Él introdujo un segundo dedo y un sonido lascivo escapó de mí. Eso pareció gustarle pues sonrió y soltó una pequeña risilla antes de introducir la punta del tercer dedo. Gemí de una forma nueva.

"¿Te duele?"

Besé su mejilla, su cuello, la frente y por último la punta de su nariz. Luego negué con la cabeza y le dije que continuara.

Ery gruñó levemente y sacó sus dedos. Antes de que le preguntara por qué lo hizo jaló de mis piernas y las hizo envolver su pelvis, me tomó de la cadera y el trasero cargando mi cuerpo sobre sus piernas y si entrar todavía, hizo resbalar su miembro y acariciar entre mis piernas su gran tamaño que gustosamente besaba mis labios inferiores.

Así estuvimos hasta que sentí una gran descarga eléctrica a punto de salir entre mis poros.

Antes de que pudiera liberarlo Ery me bajó y me sentó en el mármol.

"¿Por qué paraste justo en el momento que---?"

Le dije casi con desesperación. Ery me vio con seriedad, sus ojos negros e intensos, brillantes como grandes canicas.

"Abre las piernas"

Dijo en tono autoritario. No reproché, por el contrario obedecí abriendo mis piernas de par en par incluso usando mi propia mano para demostrarle la humedad que me había provocado.

"Maldición... Cadenza"

Acomodó su cabeza entre mis piernas y observó cada parte de mi intimidad mientras sacudía su miembro con una mano y me introdujo dos dedos con la otra.

Ery respiraba agitadamente y se mordía el labio inferior en intervalos hasta que no pudo contenerse más y liberó un gran jadeo.

"Terrence..."

Volví a decirle suplicando en una sola palabra con su nombre.

Él me vio con las mejillas rojas, probablemente por el calor de la gran tina que en realidad parece una piscina, me pareció más lascivo que antes.

Sacó los dedos y lamió ambos introduciendo estos en su boca, disfrutando de mi sabor.

"Deliciosa"

Dijo algo más como "Te dije que nada se compara al sabor natural de tus jugos obscenos"

Nuevamente lo llame por su nombre como una súplica.

Esperaba que introdujera la longitud entre sus piernas pero no lo hizo. En su lugar metió su cabeza y lamió una vez recorriendo todo en un movimiento rápido, luego me dio dos lengüetazos más cuando paró abruptamente.

"¿Es Milo?" Dije apenas suspirando. Él asintió gruñendo con fastidio.

"Parece que ese oral tendrá que esperar"

¡No puede ser...! ¡Otra vez me ha dejado a medias con unas ganas bestiales! Me ayudó a levantarme, mis piernas temblorosas apenas podían sostenerse en una pieza.

Él me sostuvo antes de caer y su miembro erecto me picó en el ombligo. Quise decirle algo pero me interrumpió con un beso de aquellos que te derriten y te hacen tocar un pedazo de cielo o quizá el mismo infierno.

Mi mano inquieta tomó su miembro y comencé a estrechar su longitud. El beso continuó hasta que nuevamente paré en seco sin piedad alguna.

"Vete, Ery"

Le dije alentando a que debía seguir con su deber.

Él me miró, sus ojos reflejaban algo entre pena y renuencia.

"Quisiera estar contigo más tiempo, no puedo soportar alejarme ni siquiera un pequeño instante"

Mi corazón sintió como si lo hubiera estrujado un poco. Yo también... No quería que se fuera.

Suspirando tome su mano y señalé el listón atado en su mano.

"Alfa Terrence Gian Avery, esta noche prometo masturbarme mientras pienso en ti"

Quería decirle que siempre estaré a su lado como ese listón pero algo vergonzoso salió de mi boca.

Deseaba que supiera las ganas brutales que me había dejado. Quería que pensara toda la noche en mí y supiera la agonía que pasaría porque nuevamente no terminó lo que empezó.

Su gruñido lleno de deseo contenido resonó entre las paredes.

"¡Ahora que me has dicho eso no podré quitarme de la cabeza el cómo te complaces a ti misma mientras trabajo!"

Tomó mi mano y lamió mis dedos. Por dios, este hombre bestia es un incubo andante.

"Acabo de darme cuenta, estoy celoso de estos dedos que estarán en ti logrando lo que no pudieron cumplir los míos"

Sonreí respondiendo con una voz más provocativa.

"Definitivamente harán un mejor trabajo que el tuyo porque solo yo conozco los lugares donde más me gusta"

Nuevamente su gruñido resonó por todas partes.

Con una voz juguetona y unas manos más inquietas que las mías apretujó mis pechos restregando su miembro aún duro con algo transparente asomando por la punta.

"Me disculpará mi Beta pero me voy a masturbar en el momento que llegue a la oficina, voy a sacudirlo y voy a eyacular tanto y tan espeso sin importarme que me reproche mi perversión al hacerlo enfrente de él si no se larga"

Solo él sabe hablar de una manera tan sucia y explícita como para estimular mi imaginación.

Por supuesto no pude resistirme más y lo empujé, me posicioné de forma que pudiera ver mis piernas abiertas de nuevo y moví mis manos por mis caderas, acariciando mi vientre hasta llegar abajo.

Ery soltó maldiciones con una voz temblorosa y me pidió que le mostrara lo que haré.

"Observame mientras lo haces. Abre tu coño y enséñame como pulsa de placer."

Hice justamente lo que me pidió. Use mis dos dedos en forma de tijera y abrí todo lo que pude ese lugar especial.

Estaba desbordando de deseo y los jugos espesos formaban hilos mientras jugueteaba con ellos entre mis dedos.

"Vaya tortura me has hecho, Cadenza. Ahora lamentaré no poder ponerte en posición para montarte desde atrás y penetrarte hasta el fondo" Su voz me pareció sensual y excitante, como si me hubiera hipnotizado con deseo y lujuria hice círculos con mis dedos y puse mi mano sobre mi pecho jadeando sin control.

Quería que lo supiera, que ya estaba lista para recibirlo. Que se perdería de tomar mi primera vez esa misma noche pues estaba abierta, húmeda y muy caliente.

"Joder... Maldición... Cady, detente"

No le hice caso. En su lugar retiré mis dedos y me incorporé para que me viera a los ojos. Imité cada uno de sus gestos y el movimiento de su lengua al chupar los jugos entre mis dedos.

"Tienes razón. Al natural sabe mejor, aunque prefiero el sabor de tu---"

No me dejó decir más, aventó su cuerpo contra el mío y me besó con furia, con desesperación, fuerza y deseo puro.

Supe que tenía suficiente tortura como para castigarle toda la noche.

"Mañana voy a llevarte a un lugar especial. No hagas mucho está noche, cuando te muestre la sorpresa de mañana te gustará tanto que me abrirás las piernas y me pedirás a gritos que te folle duro"

Maldición... Siempre tiene que decir la última palabra y torturarme más.

Entonces hice algo que realmente no pensaba hacer, introduje un dedo. Mis dedos son demasiado delgados a comparación de Ery.

Él me miró sorprendido, realmente creyó que no lo haría. Su reacción me pareció sexy y divertida así que quise provocarle más.

"Ery... Mmmm... Sí, así... Más, mételo por mis paredes vaginales, explora cada centímetro y llega hasta mi útero"

Ery maldijo un millón de veces saliendo del agua y corriendo hacia la puerta. Ni siquiera recordó ponerse la bata.

"¡Mañana te haré pagar, Cady!"

Me estuve un momento más. Me masturbé hasta que supe que estaba demasiado lejos como para escucharme y liberé mi dedo.

No es suficiente. Fue lo que pensé de inmediato.

Me lavé el cuerpo, fue complicado porque no dejaba de desbordar ese fluido viscoso. Una vez quedé completamente limpia me vestí y me acomodé la bata.

Sabía que esa noche me sentía imposible llenar su ausencia. Me acosté sobre la cama en nuestra habitación y sentí algo sobre su almohada. Era un mensaje suyo que aún guardo.

Camino hacia la cama y abro la cómoda. Es su mensaje con el que dormí ayer leyendo cada línea tantas veces que me la aprendí de memoria.

[Esposa: No te masturbes demasiado hasta saciarte, deja algo para este pene deseoso por acabar de alimentarte el coño mañana]

Suspiro.

Chiara soltó un chillido de emoción mientras leía ruborizada por sus palabras pulcramente escritas en contraste con lo sucias y obscenas que eran. Aún recuerdo lo que hice después, me desvestí, tomé su almohada, su olor me estimuló más y la puse en medio de mis muslos. La sensación de la tela apenas rozando en mi intimidad era estimulante y deliciosa, me imaginé que era él, intenté introducir mis dedos y aunque sentí algo de gusto con ello, no pude terminar.

Aún con su almohada estimulando en mis piernas leí sus palabras cientos de veces, lo llamé por su nombre cada vez que los escalofríos de placer me invadieron.

Pensé en lo mucho que deseaba que llegara el amanecer y fue una gran agonía, una tortura sexual llena de deseo hasta que finalmente llegó el amanecer. Me vestí, esperaba buscarlo y llegar a su oficina. Qué más daba si estaba ocupado, pensaba cerrar con seguro el cerrojo y obligarlo a que cumpliera de una buena vez.

Quería sorprenderlo, ver si rostro y jugar con él un poco, provocarle hasta lograr que estuviera lista su erección para atacarme sin piedad.

La sorprendida terminé siendo yo.

Antes de que pudiera seguir mi plan, él me tomó de la mano y me llevó hasta la cabaña.

—No solo me dejó con las malditas ganas. También me decepcionó por completo.

¿Dos esposas?

Maldito cínico.

Quizá es por el enojo, quizá porque desde anoche mi cuerpo tiene el deseo incontrolable de seguir lo que desde hace días quiere que suceda. Mis sentidos se han vuelto más agudos, escuché sus pasos, sé que está en la puerta. El sonido de sus nudillos al tocar son golpes en mi corazón.

Pero la rabia que siento es mucho mayor, no le perdonaré jamás lo que hizo.

Guardo su único mensaje en el cajón. Pienso quemarlo después así como cualquier deseo que haya sentido por él.

¡No importa lo que diga, jamás lo voy a perdonar!

Maika Maese

Este fue un extra bastante largo y explícito. Desde lo que sucedió con Ery en el lugar de entrenamiento después de intercambiarse listones hasta la misión de bañarse juntos. Con esto ha terminado el recuerdo de todo lo que vivieron hace unas semanas antes del mentado asunto de las "dos esposas" Ery está decidido a arreglar las cosas ¿Lo logrará?

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