Capítulo 102.1- Primera Vez (1/2)

Acto I- Confesión~

"Marca mis palabras"

Fue lo que dijo. Cuando me aseguró que esto no se quedaría así, estuve a punto de girar la perilla y escucharle incluso si fueran mentiras. Luego comenzó a decir sus cosas pervertidas y pensé seriamente en usar el fuego de Chiara para quemarle el pene.

Después sus palabras fueron cada vez más ardientes y cuando finalmente se fue, caí al suelo por la temblorina en el cuerpo y la humedad resbalando por mi entrepierna.

—Maldito lobo...

Si sus amenazas son ciertas seguirá intentando convencerme de sus ideas absurdas.

Por lo que ha dicho va a cobrarse por cada hora que lo haya rechazado.

No dejaré que se salga con la suya.

'—Hershey, quiero retomar el entrenamiento'

Veamos quien se resiste primero, Alfa tonto.

***

Por la mañana cuando desperté, lo primero que hice fue tomar el mensaje de ese perro traidor para quemarlo. Busqué un lugar apropiado y discreto, por supuesto no lo encontré. Me decidí por hacerlo en la oficina de Ery si no se encontraba cerca y dejar las cenizas con algún pedazo libre para que sepa exactamente lo que le espera. 

No tuve que acercarme demasiado, justo en el pasillo escuché la puerta abrirse y quien salió de ahí fue la misma Freya. Chiara se enfadó tanto que quería quemarle la parte de abajo del vestido, tuve que detener sus celos al explicarle que eso solo nos hará ver menos dignas. 

Ery salió de la oficina, en cuanto nuestras miradas se cruzaron, encontré la culpa en su rostro. 

Hershey apareció justo detrás de mí, parece que estaba rondando cerca desde hace rato pues logró captar mi enojo y la razón de este.

No dije nada, no frente a todos. Pero si le dejé claro el mensaje "Prepara el divorcio, maldito mujeriego" por nuestro enlace mental. Ery quiso decirme algo, no le permití ni que abriera la boca antes de darme la vuelta y dejarlo ahí. 

 

Decidí que necesitaba golpear algo con fuerza, en cuanto me encontró Hershey gastando energías entrenando, ella insistió en ser mi compañera de acción.

Hershey sabe que tengo el poder de quemar involuntariamente algunos objetos por lo que no le sorprendió cuando le puse una buena chamuscada a la ropa de Ery. Ambas sabemos que ese poder es algo que nadie debe saber, ni siquiera le he dicho a mi propia mejor amiga que tengo un legendario lobo de fuego como compañera espiritual.

Por alguna razón Ery y Beta Milo mantuvieron en secreto lo que sucedió la noche de Abril. Incluso tengo el presentimiento que, la razón por la que se cubrió lo que sucedió esa noche con rumores escandalosos de que el Alfa y yo somos sexualmente activos sin aclarar el error, fue porque prefiere encubrirlo con esa información falsa de que lo hicimos de la manera más salvaje hasta romper la cama, destrozando objetos y cortinas.

¡BAM!

—No entiendo por qué no le dijiste a esos estúpidos que has entrenado conmigo mientras tanto. Con eso los habrías dejado callados—Hershey golpea el saco que me improvisó para los entrenamientos individuales. Nos turnamos de un golpe y hablamos sin dejar de mirar el objetivo.

¡BAM!

—Si les digo eso, querrán comprobar a toda costa si mis palabras son ciertas. Probablemente me harían pelear contra Freya como espectáculo público para probar mi fuerza o algo así...

Y si eso sucede, Chiara estará tan celosa que no se medirá contra su rival.

¡BAM!

—En eso tienes razón, no sería fácil cubrir que nuestra Luna saque fuego y queme los alrededores. Un lobo de fuego en la manada sería peor para ellos que una Omega débil como Luna.

Detengo mis golpes sorprendida.

— ¿Creíste que no me daría cuenta de eso? Por favor, hemos sido amigas por tanto tiempo. Sería una estúpida si no supiera que mi Cady Cad es un lobo de fuego después de haber presenciado con mis propios ojos el cómo quemó a un renegado cuando surgió su poder.

— ¿Yo hice eso?

—No tú exactamente, fue Candy Dace quien lo hizo.

No recuerdo escribir una escena así con Candace joven... es imposible, Hershey es un personaje eliminado en el manuscrito final. No debería existir una escena suya descubriendo algo tan importante.

Aun así aquí está ella, no entiendo cómo sucedió.

¡BAM!

—Descuida, no dejaré que se metan con mi Luna incluso si descubren su secreto.

¡BAM, BAM!

—Recuérdame jamás tenerte de enemiga, serías la más peligrosa. —Digo juguetonamente mientras esquivo el saco de boxeo.

¡BAM!

—Si no quieres llevarte mi lado malo, no dejes que esa Freya te quite a tu macho.

SHAAA

Hershey golpea el saco y este me noquea. Caigo al suelo, al tropezar con la tierra en forma de pequeñas rocas rodantes estas se han incrustado en mis manos.

— ¿Lo ves? Incluso esa pelea que tienen ustedes dos por la intervención de esa zorra descarada te tiene distraída en el limbo ¡Actúas como si te hubiera abandonado en lugar de mostrarle a esa suripanta quien manda!

—No me afecta ni me siento abandonada, fui yo quien le pidió el divorcio.

—Fue en un ardid, Luna, sabes que no vas en serio con eso.

—Claro que lo dije en serio. Me niego a involucrarme con un macho en lo que me resta de existencia.

—Sí, claro ¿crees que no noté el cómo se veían ustedes dos cuando se cruzaron cerca en el pasillo?

—Eso no tiene nada que ver. Es porque me estaba acostumbrando a tenerle cerca eso es todo.

—Si tú lo dices...

Hershey se detiene y se queda pensativa. Debe estar hablando por enlace mental con Jerome.

Oye, voy a la enfermería por algo de antiséptico, lo necesitarás para la rodilla, las manos y ese tobillo adolorido.

Estaba tan distraída que ni siquiera me fijé que me torcí el tobillo al tratar de contener el golpe del saco. Un pequeño hilo carmesí chorrea caliente por mi nariz. ¡Maravilloso, más razones para que el consejo de ratas que se hacen llamar los antiguos sabios me juzgue de inútil!

—Alfa idiota, es tu culpa...

—En lugar de maldecir deberías voltear a verme y escucharme.

Debido a que me golpee la nariz y está sangrando no percibí su esencia cerca.

Me levanto tan rápido como puedo y el tobillo torcido me hace caer de nuevo.

—Suelo causar esa respuesta con mi encanto, aunque dudo mucho que sea por eso. Déjame ver tu tobillo.

—Puedo hacerlo sola.

Sin escucharme y probando el nivel de su fuerza contra el mío, me levanta sin ninguna dificultad, me acomoda en un lugar donde pueda sentarme y observa negando con la cabeza cuando ve la palma de mi mano.

Sube el pantalón que uso para ejercicio y descubre mi pierna.

—Incluso tu rodilla está sangrando. —Sus dedos hacen recorrer descargas por todo mi cuerpo.

— ¡No hagas eso...!

Demasiado tarde, él besa mi rodilla y lame el raspón ensangrentado.

— ¿Solo con esto te has excitado? Pervertida.

Trago saliva.

—Por supuesto que no... Es imposible que con un acto tan simple yo esté...

—Hmmm... Puedo olerlo, Cady. La humedad y el deseo que emanas.

—Déjame...

— ¿Eso quieres?

Acaricia mi tobillo y las descargas que provoca por todo mi cuerpo son imposibles de detener.

—Aléjate...

—Vamos, esposa. Ambos deseamos lo mismo, ya no estés molesta conmigo. Prometo que arreglaré todo.

—No... Deja...Aaah...—Quise pararle en seco sus avances deteniéndole con la mano y me ha lamido. 

—Tal vez en tu mundo no suceda lo mismo, pero entre lobos somos mucho más honestos... ¿Quieres saber por qué?—Habla sin dejar de lamerme la palma hasta que los raspones desaparecen.

Su mano se desliza por mi pierna hacia arriba hasta el muslo y abre mis piernas. Aunque aún llevo mi ropa de ejercicio parece ver a través de mí.

—Nuestro cuerpo nos delata—Lame mi rodilla y sigue el mismo procedimiento que el de mi mano.

Una vez que mi rodilla está mejor, pone su mano en mi entrepierna y su dedo hace círculos en mi centro. Por supuesto puedo sentir que está húmedo.

—El momento en que encontramos a nuestra pareja esta nos parece irresistible, su olor por ejemplo, es la esencia única que nos dicta que se trata de nuestro destino ¿Quieres saber a qué hueles?

—Jazmín y tarde de lluvia ¿no es así? —Esa es la esencia de Candace, es por eso que Ery se confunde constantemente con lo que siente por mí.

Ery niega con la cabeza sin dejar de manosearme.

—Frutos rojos— Un rayo me atraviesa en ese instante—Además de Jazmín y tarde de lluvia, tienes algo único. Me vuelve un loco el solo tenerte cerca, incluso si nadie más puede detectarlo, el olor es tan intenso que nos es insoportable cuando nuestra pareja nos ignora.

Ah... eso no tenía idea de que tuviera un olor así. En mi vida normal usaba un champú barato que elegí porque su olor era el único que no me parecía demasiado estridente ni escandaloso.

Lo he usado desde que mi abuela comenzó a tener la necesidad de internarse en un hospital. No tenía un significado especial ni nada de eso.

¿Por qué tengo ese olor?

¿Es porque no soy Candace?

—Así es. Veo por tu mirada que acabas de notarlo, tu olor me vuelve una bestia insaciable. Es tu olor y el de nadie más, Cady.

No, él solo me está engañando para salirse con la suya...

—Me gustas, tú, no Candace ni tampoco Freya. Solo tú.

—Ery... basta... no sigas...

—No te lo negaré, Cady, sí, hice mucho con Freya y con otras lobas. Pero a ninguna la tomé en serio. Nunca las imaginé para algo más que para satisfacer un deseo o una necesidad primitiva como lo llamas tú misma.

¿Por qué no se calla? No quiero escuchar que estuvo con otras mujeres, mucho menos que ellas conocen lo que es tenerlo dentro.

El solo imaginar que las haya abrazado y besado como lo hizo conmigo me provoca una rabia y unas ganas de encender en llamas todo a mi paso...

—A diferencia de ti no soy virgen, mentiría si digo que solo lo hice una o dos veces. Ni siquiera recuerdo cuantas veces lo hice con Freya.

¡Basta! ¡Ni Chiara ni yo queremos escuchar eso!

No lo vi besarlas ni hacerlo con ellas, tampoco me ha tocado escuchar los incómodos gemidos de alguna de esas mujeres como sucedió con... pero eso no quita la horrible sensación. 

—Y lo dices con tanto descaro... ¿Si has estado con tantas por qué tengo que ser yo? entonces...

— ¡Por ser tú y nadie más, Cady! —Me quedo callada y veo en su mirada completa honestidad.

No, no me dejaré engañar por palabras bonitas.

Es un mujeriego, sabe envolver como serpiente a su objetivo y confundirlo hasta que ceda.

—No importa con cuántas hembras haya estado ni cuántas veces lo hice, jamás me sentí completo.

¡Es mentira! ¡Ambos son igual de mentirosos! Solo tienen ojos para ver mujeres guapas con cinturas como arena de reloj, de cuerpo imposible para alguien como yo.

—Nunca celebré mi cumpleaños con alguna de ellas, tampoco dormí en la misma cama que otra mujer, jamás.

—Eso es porque ninguna es tu esposa. Por supuesto que debes tratar diferente a tu... Además, con lo experimentado que estás, seguro ya te has aburrido de---

– ¡En eso te equivocas, Cady! ¡Dormir contigo incluso sin sexo es lo más hermoso que me ha sucedido en la vida...! ¡Después de conocerte, por supuesto!

¡Patrañas!

—Ni siquiera soy de este mundo ¡Tu pareja es Candace no yo!—Ery me detiene por la muñeca y forcejeo en vano.

—No la quiero. Por cuatro años fue fácil ignorarla y esperar el día en que cumpliera años para rechazarla.

Mis golpes se detienen por la impresión.

¡¿Qué ha dicho?!

—Espera... tú... ¿desde cuándo sabias que Candace es tu pareja destinada?

—Desde que tengo 17 años.

Imposible, yo no escribí eso nunca. La noche del festival, enfrente de la fogata en ese momento los protagonistas se enteran de que son pareja... Ni siquiera le di algún momento para describir el momento en que alguno de los dos obtuvo a su lobo, todo comienza la noche del festival de la cosecha.

Cada vez aparecen más escenas que jamás escribí, estoy segura de que nunca lo hice.

—Desde el primer día que lo supe me decidí que debía rechazarla. Habría hecho lo mismo y seguido con mis planes de no ser porque esa noche... te vi a ti.

— ¡Mentiroso, tú no sabías que yo había tomado su cuerpo!

¡Son patrañas! Por más que intento liberar mi brazo me toma con más fuerza.

—Lo he visto desde siempre, Cady. Esos hermosos ojos amarillos como llama viva en un incendio, ámbar como miel de abeja. Al principio como un pequeño destello entre esos ojos verdes. Luego por la mitad cuando Shawn y yo tuvimos que perseguir a ti y a Chiara esa misma noche.

No... Si dices más no podré resistirme más.

Debo liberarme y correr, está alerta de peligro continúa en mi cabeza.

—Mi color favorito es ahora el mismo color de tus ojos por eso. No me gusta aquello que es exageradamente dulce pero tu olor me vuelve un loco deseoso por envolverme en la dulce miel de tu interior.

—Ery... No...

—Cadence. Te amo— Nuevamente, la sensación como un poderoso rayo me atraviesa—Desde ese momento en la fogata cuando me insultaste frente a todos, al principio creí en mi soberbia que solo quería mantenerte cautiva porque heriste mi orgullo, hasta esa noche en que te asusté y convertida en lobo tuve que perseguirte. Estabas aterrada quemando todo a tu alrededor....

Ery me cuenta a detalle lo que sucedió esa noche y lo que fue para él. Incluso su temor cuando salté desde la parte alta y lo que sintió al abrazarme mientras liberaba sus feromonas para así lograr que me tranquilizara.

—Cuando me dijiste que fuéramos aliados, tus votos la noche de bodas, la soledad en tus ojos al ver a Hershey. Todo en ti era un enigma maravilloso que tenía que resolver, luego fue creciendo con los días, acabó por consumarse en mi interior cuando celebraste mi cumpleaños y me dijiste las palabras más hermosas que he recibido en mi vida.

Él me toma por la mejilla, aunque quiero resistirme no tengo la fuerza ni la voluntad para empujarlo.

–Agradezco a quien sea que te haya dado la vida. Agradezco a ese Dios entrometido por traerte a mí, no sé ni siquiera por cuánto tiempo puedas estar aquí, tampoco quiero pensarlo porque no puedo imaginarme una vida sin ti.

Nuestros labios se aproximan. Aún tengo un poco de fuerza para voltear mi cabeza...

—Te amo, Cadence Beckham. A ti, solo a ti, nadie más.

—Ery... Yo...

—Lo sé, tú no me amas. Aun así yo... No puedo evitarlo. Cadenza, permite que te ame hasta entonces.

Entonces mis defensas acaban por caer, cualquier muro que había creado entre los dos acaba de desaparecer.

Incluso mis dudas y mi propia razón han caido.

Envuelvo mis brazos en su cuello y lo beso, ambos juntamos nuestros labios como si hubiera pasado un siglo sin hacerlo. Cuánto lo extrañaba, yo tampoco sé cómo será mi vida después de esto. Después de estar con él personaje principal y regresar, cuando vea el rostro de mi ex jefe y acepte que él no es Ery.

No lo amo, no sé ni siquiera lo que es amar. Pero ¿querer...? Estoy segura de que si lo quiero, lo quiero como nunca había querido antes a alguien.

Incluso a sabiendas que esto es temporal y luego de conseguir todos los preceptos deba regresar a la realidad.

—Ery...—Digo separando mis labios de los suyos con gran dificultad pues él no quiere soltarme—Quiero hacerlo.

Ery se detiene sorprendido. Luego me abraza contra su pecho y los latidos de su corazón se unen a los míos en una sincronía perfecta.

Sé que vienen tiempos complicados. Ni siquiera aclaramos lo de Freya, mi lógica está por los suelos como todas las prendas que me quiero quitar y desnudarme ante él.

— ¿Estás segura? —Pregunta llevando mi rostro hacia el suyo, aunque quiere dejarme la decisión final me desea tanto como yo a él hasta el punto que tal vez no le importe mi respuesta y haga su voluntad.

—Llévame a la cabaña.

Él sonríe y me carga en sus manos. Envuelvo mis manos en su cuello y hundo mi nariz cerca de su pecho, aspiro su aroma, beso el lugar descubierto en su cuello.

No es el momento más romántico del mundo estoy sudada por el ejercicio y mis ropas están llenas de tierra. Ambos seguimos sin aclarar por completo detalles de nuestro pasado y estoy segura que hay más de un secreto que mantenemos uno del otro.

Aun así... Deseo hacerlo.

Con aquel que me ha visto y cree en mí, quien mira en mí alma y que me dice que me quiere a pesar de que antes no era más que una mujer frágil atormentada con los grilletes de personas muertas a las que no podía soltar.

Me ha visto a través de la belleza de la protagonista y sus ojos verdes.

Me supo encontrar aunque siempre fui invisible.

En cuanto llegamos a la cabaña lo primero que hago es quitar el cuadro de mi abuela y voltearlo.

Lo siento, no quiero que vea el cuerpo de Ery, ni tampoco creo apropiado la cantidad de cosas que quiero hacer sobre él.

Nos sentamos en la cama. Me siento un poco inquieta, estoy a punto de entregar lo único que tengo y no es mi virginidad porque ni siquiera es mi cuerpo... Agh... Es demasiado complicado esto.

— ¿Estás segura? Si aún no estás lista---

Asiento en silencio sentada en la cama que golpeteo a un lado mío para que mi esposo se siente también.

—Quiero hacerlo, Ery.

Jamás me había sentido más segura de algo en mi vida.

Maika Maese

¿Se acerca la muy famosa "primera noche"? Después de tanto tiempo finalmente aquello que lleva cocinándose a fuego lento está listo para ser devorado por ellos. ¿Lograrán hacerlo sin más interrupciones?

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