-Hanna Sinclair-
Estaba en un sueño profundo disfrutando de los resabios de lo que habíamos hecho con Bruno, definitivamente me hacía falta tener esta conversación, pero lo que vino después fue fenomenal. A lo lejos sentí mi teléfono sonar, debía contestar, podía ser alguna emergencia con una de mis pacientes, esa era la vida de un obstetra, nunca sabías cuando debías correr a traer otra vida al mundo.
Me levanté con cuidado para no despertar al hombre que dormía boca abajo cubierto sólo por una sábana, salí a la sala, busqué en el perchero mi bolso y saqué mi teléfono. Ya tenía varias llamadas perdidas de un número desconocido. Cuándo estaba a punto de devolver el llamado volvió aparecer en mi pantalla el mismo número, así que conteste.
-Sinclair.
-Ho... hola hija - la voz de mi madre al otro lado de la línea me dejó helada ¿Cómo consiguió mi número? Y después de tantos años ¿Para qué me llamaba?
-¿Para qué me llamas?- fue mi respuesta a ese saludo, no había sentimientos, no habí