Hanna nos dio una sonrisa cómplice y yo estaba de una pieza con esa declaración ¿ Su esposa? Ya me iba a escuchar ese bruto. Esperamos alrededor de quince minutos, los mas tortuosos que podía haber vivido, mientras mi hika y Bruto hablaban de lo más tranquilos como si nadie más los pudiera interrumpir.
En eso sonó el teléfono de Bruno y sin más nos despedimos, no sé si volvería a esa casa, pero me fui con la sensación de que ya nada me ataba a ese pasado doloroso. Ahora podía seguir adelante, con ellos acompañándome.
Nos subimos al auto y en un silencio calmado mi hija tomó mi mano y respiró hondo.
-Eres la mujer más fuerte del mundo, mamá y te respeto por eso. Ahora sí díganme los dos ¿Cuándo se casan?
-¡Hanni!
-¡Hanna!
-Ay ya, déjenme la ilusión, después del pellizco que me diste para no sacarlos del error a esos inconsiderados tendrás que aguantarte.
-¿Por eso les dijiste que era tu esposa?
-No quise sacarlos de la duda, no era importante. Además, se escuchó bonito.
-¡Brun