El aire dentro de la camioneta se volvió denso apenas cerraron la puerta. El motor ronroneaba bajo los pies de Kael, pero nadie decía una sola palabra. Las miradas eran suficientes.
Rowan se acomodó en el asiento trasero, justo detrás de Kael. Se notaba que lo hacía a propósito, como si necesitara estar justo ahí, en su punto ciego… o en su mira.
Kael lo miró de nuevo por el retrovisor.
"¿Tienes algún problema, Rowan?" preguntó, sin rodeos.
Rowan se cruzó de brazos con indiferencia.
"No contigo. Pero parece que tú sí tienes uno conmigo, ¿no?"
Kael resopló.
"¿Ah, sí? ¿Quieres que empiece a enumerarlos?"
"Kael… " murmuré, en un intento débil de detenerlo, pero ya era tarde.
"¿O empezamos por cómo te burlaste de Agatha? ¿Por qué, Rowan? ¿Por encajar? ¿Por quedar bien con los otros imbéciles? ¿Te hace sentir más grande aplastar a alguien que no te ha hecho nada?"
"¡Cálmate! No fue para tanto" repli