57. ¡Abuela!
Elaine ya había perdido los escrúpulos y todo sentimiento de apego, así que la pregunta de su madre la repetía una y otra vez en su mente con cierta gracia.
— ¿Eres capaz de llegar tan lejos?
— En realidad madre creo que he llegado al fondo una vez más, así que lo mejor es que no me tientes.
— Entonces ya se a que atenerme, sólo te pido que no te acerques a Mía es una niña que es dulce e inocente a pesar de haber nacido con tu carácter.
— Tranquila, si me he mantenido alejada todos estos años, no voy a reclamar los derechos de maternidad en este momento.
La verdad es que no deseaba compartir con ella porque era ver a aquel amor que no pudo ser, su físico era totalmente rubio como Richard y le demostraba que no estaba hecha para la felicidad.
— Bien, entonces lo mejor es que te quedes en la casa anexa, así ella no se cruzará en tu camino.
— De acuerdo, pero una vez más te recuerdo que no debes traicionarme.
Aquella situación mantenía en tensión a Madison quién ya no estaba para esas em