CRYSTAL

Crucé el portal esperando ver a Ezra; sabía que debería estar enojado; sin embargo, quien me recibió fue mi padre, con una mirada seria y tensa.

—Me alegra verte bien. Salir de aquel lugar no debió ser fácil.

Podría decirle que lo fue, pero no; en el último instante casi me arrastran hacia ese lugar por culpa de un pequeño niño aparentemente inocente.

—Fue mejor de lo que pensé.

Asintió, guiándome de regreso. No dijo nada más; es como si lidiara con cosas en su propio mundo.

Tenía un mal presentimiento; había algo más, podía sentirlo en mi interior. Sentí náuseas por un momento, así que me detuve. Estaba mareada, cansada, todo me dolía.

—Estarás bien, Crystal.

—Dime qué está mal, puedo sentirlo, algo me estás ocultando.

Abrió la boca para responder y, en ese mismo momento, toda la estructura se sacudió con fuerza, seguido por un rugido que hizo vibrar mi cuerpo.

Escuché gritos, un alboroto, algo pesado corriendo.

—Parece que tu compañero salió de su contención; era