79. Su error
NARRADOR
La última manada seguidora de los antiguos Reyes había caído, frente a un lobo negro rodeado de bruma, con sus fauces llenas de sangre y restos de piel, estaba el Alfa hecho pedazos.
Más allá de él, un mar de muertos y sangre se extendía por todo el lugar, pero él no quería detenerse.
Alzó hacia los cielos otro aullido aterrador, haciendo temblar a sus enemigos, incluso a Layka, quien se acercaba sigilosa por su espalda sin saber que aquel lobo ya la había sentido.
Ese mismo aullido lo escuchó Crystal, deteniéndose en seco al sentir cómo el miedo quería hacerla ceder; sin embargo, se obligó a avanzar. Él era su compañero, jamás le haría daño.
Los ojos oscuros de Deimos miraron de reojo detrás de él, escuchando las murmuraciones de la mujer sin entender del todo qué decía.
Se giró hacia ella, burlándose con una risa escalofriante, arañando la tierra mientras su presa se acercaba.
La iba a destrozar lentamente; no quedaría más que polvo de ella, y eso era un juramento.