38. Una trampa
EZRA
No podía sacarme de la cabeza la noche con Crystal, su cuerpo, su piel, su tacto; el olor de su excitación aún está grabado muy dentro de mi memoria.
Aquel odio que se supone siento hacia ella se va transformando en algo mucho más peligroso: una obsesión posesiva por tenerla solo para mí, sin que nadie más pueda y quiera tocarla está despertando lentamente, consumiendo todo mi ser.
Se supone que había salido de la manada por algo urgente, pero justo ahora ni siquiera le estoy prestando atención.
Mierd4, tengo que hacer algo para sacarla de mi cabeza, porque mantener la guardia baja fuera de mi manada no es una opción.
Sobre todo cuando cierto príncipe también está obsesionado con la idea de tenerla de nuevo para él, al punto de que está conspirando contra su propio padre para hacerse con el control de todo el Reino.
Que ella no haya aceptado su rechazo es un problema, pero si hay algo que cambia mi humor por completo es saber que ese principito tuvo que haberse retorcido de