CRYSTALLos ojos de Eder se oscurecieron, sus garras se clavaron en el asiento aterciopelado y un gruñido amenazante salió de su garganta, exponiendo nuestros cuellos.Estaba claro que esa noticia no le había gustado; ahora solo falta saber si la tomará en mi contra por esto, aun sin yo ser la culpable.—¡Maldición!, ¿puedes hacer algo?—Puedo cubrirlo; será temporal, al menos hasta que lleguemos a la manada de mis hermanas.—Hazlo, no me voy a arriesgar a que venga por ella. No la va a tener de nuevo; sobre mi cadáver eso pasará.Le dio una orden al cochero para avanzar, dejándome con un presentimiento extraño en el pecho. Sea lo que sea, debo mantenerme alerta porque es más que obvio que él está tomando las decisiones sin siquiera consultarme.Es extraño que ni siquiera me haya preguntado por lo que pude haber pasado allá.Aparté la mirada de él, ahora mirando mis manos que aquella mujer sostenía, recitando muchas cosas con sus labios.Podía verlos moverse, aunque no saliera ni un s
CRYSTALLo sabía, nada de esto podía ser tan bueno; él solo me quiere utilizar. Casi podría reírme de mi propia situación.Kaden me utilizó para hacerse más fuerte en un principio; Eder me quiere utilizar para sus propios planes ahora que sabe que tengo un poder del que ni yo misma tengo control, y Ezra… bueno, al menos él pretende matarme y no utilizarme.Creo que debo estar pagando algo porque mi vida es una mierd4 desde que recuerdo.—Váyanse, me quedaré a solas con ella.Escuché la puerta cerrarse. Todo mi cuerpo comenzó a temblar, estando tan expuesta a un desconocido, porque eso es lo que realmente es.¿Aún es tarde para aceptar su rechazo? No lo sé, pero lo voy a intentar, aún con la mordaza.—No— tapó mis labios con su mano rasposa; la otra comenzó a recorrer mis piernas, adentrándose más entre ellas.Grité mentalmente cuando sus asquerosos dedos me tocaron, entrando en mi interior sin nada de tacto, obligándome a someterme a él.—Te sientes tan bien, más de lo que pensé, Crys
EZRA La daga daba vueltas y vueltas en mi mano, disfrutando del miedo que reflejaban todos los rostros frente a mí. El Alfa era el mejor de todos; su miedo era tanto que hasta se había orinado en los pantalones. —Alfa, los asesinos. Más de seis cuerpos fueron lanzados frente a mí, hombres contratados por el Alfa presente para asesinarme. Creo que debería darle méritos por al menos haber intentado ocultarlos "bien" para darme una emboscada. —Alfa Ezra… —¿En qué momento se te permitió abrir la boca? Todos volvieron a temblar, aún más cuando me levanté hasta quedar frente a la Luna. Trataba de mantener esa fachada tranquila por fuera, pero por dentro… —¿Por cuántas sesiones de tortura has pasado ya? —Se lo juro, Alfa, yo… ¡AHHHH! Amaba el dulce sonido de los gritos de mis víctimas; ver su sangre e incluso saborearla era satisfactorio. Otro corte en su cara se formaba; supongo que ya no estará tan orgullosa de mostrar cicatrices. —Tenemos mucho en este juego y puedo continuar
CRYSTAL "¡Estás embarazada!" Aquellas palabras dichas por la sanadora de la manada aún resuenan en mis oídos, fuertes y latentes, así como la pequeña vida que ahora crece dentro de mí. Miro el documento en mis manos, apretándolo fuerte, como si quisiera aferrarme a esas letras que confirman que realmente lo estoy. Una sonrisa temblorosa adorna mis labios, sintiendo cómo mis ojos se humedecen. Esta feliz noticia cambiará mi vida; de eso estoy segura. ¡BAM! Me exalto con el golpe de la puerta al ser abierta con brusquedad. Trato de esconder el documento de ella, la mujer que más me odia en este mundo, la madre de mi compañero. —¿Qué escondes ahí? Se acerca a grandes pasos, arrancándome el papel; sus ojos se van tornando oscuros a medida que va leyendo. Justo en ese momento entra mi compañero, todo mi mundo se congeló de miedo al ver su expresión severa tomando el informe de las manos de su madre. Los latidos acelerados y estruendosos de mi corazón me sacuden el pecho.
CRYSTAL Mi cuerpo adolorido golpea constantemente la jaula en la que voy, mientras las ruedas pasan por un camino difícil. Pegada al último rincón, puedo ver la otra carreta que viene detrás de nosotros, iluminada únicamente por una antorcha con la llama danzante por la brisa de la noche. Hace poco que oscureció; aún seguimos dentro del territorio de la manada, pero estamos en los límites de la frontera. Más adelante, nos detuvimos. El hombre que me compró abrió la reja, sacándome de allí hacia mi nuevo destino. Otra jaula más grande, tirada por dos caballos, nos espera ya llena de varias mujeres. —Vayan a hacer sus cosas rápido, porque luego de eso se tendrán que aguantar. La otra mujer y yo nos miramos unos segundos antes de escondernos detrás de algún árbol. Subí la falda de mi vestido, bajando mi prenda íntima. Mis ojos se llenaron de lágrimas al ver la sangre fresca que la manchaba. Cerré los ojos y permití que ese calor cargado de odio se extendiera por mi cuerpo. El ll
CRYSTAL Sus garras volvieron a alzarse a la altura de mi corazón, así que solo cerré los ojos, esperando el dolor que acabaría con mi vida, pero fue todo lo contrario. Los volví a abrir cuando sentí sus afiladas uñas deslizarse suavemente en mi pecho, bajando con lentitud por mi abdomen. Este empezó a brillar con símbolos y círculos que desconozco, siguiendo la misma senda que él. Desde mi corazón hasta mi ombligo, esas formas se iluminaron hasta que él quitó su toque. Todavía estaba sorprendida, con mi pecho subiendo y bajando debido a la agitación, intentando comprender qué había sido todo eso. Varios aullidos resonaron a la distancia, poniendo al lobo sobre mí, tenso con toda esa bruma agitada. Golpeó el suelo con fuerza con una de sus patas, gruñendo de forma obstinada, hasta que sus ojos se encontraron nuevamente con los míos. Retrocedí en un intento inútil de huir; tal vez me dejaría con vida por haberlo salvado… —¡Ahhhh!— grité cuando el dolor desgarrador se exte
CRYSTAL Me acomodo el cabello para que no se vea tan desaliñado después de las miserables horas que pasé el resto de la madrugada. Unos ojos celestes con grandes ojeras me regresan la mirada cansada, sin poder dormir después de casi caer desmayada por el dolor de su traición. Esa pequeña voz de mi conciencia me dice que de pronto no me reconoció, pero es el maldito príncipe, claro que lo hizo. Suelto un suspiro tembloroso, secando las lágrimas de tristeza y rabia. ¿Por qué todo lo malo tiene que pasarme a mí? ¿Por qué no soy suficiente para nadie? ¿Por qué? Dejo mis pensamientos atrás para salir de mi pequeña seguridad y pararme en la puerta justo a tiempo. Los tacones esta vez suenan apresurados, lo que me indica que será un largo día. —Si ayer no quise errores, hoy mucho menos. Esta celebración es importante porque da la bienvenida a los dos grandes Alfas; la Reina no quiere errores, así que cuidado. ***** La mañana pasó agitada, yendo y viniendo de un lugar a otro
CRYSTAL Observo el camino por el que voy, dejando atrás los grandes árboles de verde intenso. Mis ojos se mantienen enfocados en el suave movimiento de sus copas, cuando la brisa las acaricia. Mi mente está en blanco; me siento vacía de cualquier emoción. Es como si hubiesen apagado todo en mí. Solo soy una cáscara rota a la que todos rechazan y desechan, sin nada de valor. Mi cuerpo permanece entumecido por las largas horas de viaje en esta carretera, donde todo lo que he recibido es un poco de agua y un pedazo de pan viejo. Me abrazo a mí misma, y no porque sienta frío, sino por buscar un consuelo que no siento. Alzo la mirada hacia algo más allá de nosotros, moviéndose entre el límite del bosque. Un lobo se mueve con sigilo entre los árboles; sus ojos brillan entre las sombras y su pelaje marrón le da un perfecto camuflaje a la vista.No se acerca, es como si solo se estuviera asegurando de algo. Los hombres que hablan de cualquier cosa no parecen percatarse de él, pero yo s