Adrián permaneció en silencio por un momento, pero al final no rechazó su petición.
—Está bien.
Valeria sonrió suavemente: —Gracias, Adrián.
Después de que Valeria terminara una taza de arroz con pollo, Adrián llamó a David.
Al ver que Valeria estaba tan tranquila, David quedó sorprendido. Luego de revisarla le dijo: —Si quieres, mañana mismo puedes salir del hospital.
—Pues sí, saldré mañana. No me agrada el olor de los hospitales —contestó Valeria. Y le pidió a Adrián que, si tenía un momento libre, le ayudara con los trámites de alta.
Poco tiempo después, Adrián se fue.
Antes de salir del hospital, llamó a Mauricio para informarle sobre el estado de Valeria y que ella quería salir.
Pasó un rato hasta que Mauricio finalmente respondió: —Mañana en la mañana iré al hospital por ella.
...
Al amanecer del día siguiente, Valeria, que solía dormirse y despertarse temprano, estaba llena de energía.
Se dirigió al baño para asearse y se vistió con la ropa y zapatos que Adrián había enviado la