El mundo quería ver un nuevo amanecer, pero habían aquellos que no querían ver el amanecer en el mundo. Eso representaban las malas noticas. Y aquella tarde en medio de una divertida reunión llego una.
Cuando James entro por la puerta lo vio sentado cerca de la mesa -¿Por qué siempre que te encuentro tu estas comiendo?
Aiden hizo una mueca mientras bajaba el tenedor -¡se come todos los días!- dijo en su defensa indignado. – no soy un glotón
-No insinué eso
-A otro con ese cuento.
James lo miro divertido -¿y se puede saber porque comes fideos directos de una olla? Toma un plato- le dijo
Este negó – hice una porción pequeña solo para mi. Si me sirvo la comida en un plato, igual al terminaría vaciando toda. En ese caso terminaría lavando el plato, y también la olla
-Eres un vago- soltó James - ¿Qué clase de persona se pone a razonar así?
-Emmm ¿los no ricos?
James puso los ojos en blanco.
-¿Los que no tienen empleados que laven sus platos?
-Ya calla, entendí el punto. – le insta James
Ai