Capítulo 7.4: Atenea y Philip.
Intentando contener la respiración, Gael observó con atención como Atenea, completamente desnuda, revisaba el lugar.
Temió ser descubierto cuando, en más de dos ocasiones, los ojos de la antigua reina se posaron en el lugar en el que él se había ocultado.
―Atenea… ―gruñó irritado Philip cuando la mujer se inclinó para levantar una pequeña roca del suelo cercano a la cascada ― Por favor, no vayas a… ―
Sin escucharlo, Atenea lanzó la piedra directamente hacia Gael, quien, sorprendido, tuvo que inclinarse para evitar el proyectil.
Debido a la sorpresa y a la fuerza con la que había sido lanzada aquella roca, Gael perdió el equilibrio, y al soltarse de su punto de agarre, el joven cayó en picada hacia el suelo.
―Por Selene, ¡Atenea! ―exclamó Philip, quien corrió directamente hacia Gael al verlo aterrizar de culo al suelo
―Ay, mi bello atractivo ―gimoteó Gael al mismo tiempo que frotaba su trasero
― ¿Estás bien muchacho? ―le preguntó Philip, quien lo sujetó del brazo para ayudarlo a poners