Capítulo 4: Padre e hija.
Ante las palabras de su padre, Anna tragó saliva y asintió antes de continuar su camino.
―Cuando terminen las pruebas, hablaremos de esto ―dijo Arioch clavando los ojos en Anna cuando esta pasó a su lado
―Sí excelencia ―murmuró Anna inclinando la cabeza
Tras una larga e incómoda caminata en silencio, al llegar a la zona principal del palacio, Anna y Nero se dirigieron a las mazmorras, mientras que Dante, siguió a Arioch hacia el palacio.
Inquieto por lo que acababa de suceder, el joven dirigió su mirada hacia a Anna, quien, casualmente, ya lo observaba.
Sabiendo lo que el otro pensaba, simplemente se dedicaron una triste sonrisa antes de continuar con sus respectivos caminos.
―Espera afuera ―le dijo Nero al guardia que custodiaba las celdas de castigo
Tras dedicarle una reverencia, el hombre asintió y se mantuvo fuera del lugar, por lo que Anna y Nero, se apresuraron a guiar a Alastor a la celda más alejada de la puerta.
―Por Dios papá, ¿qué te han hecho? ―preguntó Anna con la voz que