Capítulo 4: Lo siento.
―De acuerdo ―susurró Alastor intentando avanzar hacia el hueco de salida, sin embargo, al verlo tambalearse, Dante se apresuró a sujetarlo
― ¿Se encuentra bien? ―preguntó preocupado
―Sí, la sangre de Anna comienza a hacer efecto ―dijo Alastor acariciando la cabeza de su hija cuando ella también se acercó ―Prométeme que no volverás a hacerme beber tu sangre hija, no somos vampiros ―
―Siempre y cuando tú nos prometas que no volverás a meterte en problemas ―dijo Anna sonriéndole
―Te lo juro mi pequeña ―juró Alastor, quien comenzó a seguir a Dante con dificultad
―Bien ―susurró Anna apresurándose a sujetarlo de la cintura para poder ayudarlo
― ¿Cuánto tiempo nos queda cariño? ―le preguntó Dante quien cargaba mayormente con el peso de Alastor
―Cuatro minutos ―respondió Anna tras echar un rápido vistazo a su reloj
―Perfecto ―gruñó Dante, quien guiaba a Alastor por las escaleras
― ¿Qué es lo que sigue en el plan? ―
―Llevarte al portal que abrirá Gael, el cual, está conectado a la casa que Zet