―Los precios en Lunette son bastante elevados, sin embargo, la comida ahí es deliciosa, vale la pena cada sel gastado ―dijo una suave voz frente a él, lo que obligó a Dante a levantar la cabeza

Frente a él, estaba el mismo joven que había visto entrar antes.

― ¿Te conozco de algún lado? ―preguntó Dante arrugando el ceño

―Eso depende ―respondió el joven con una sonrisa amable ― ¿Le gusta la música acústica de un piano? ―

Sin responder, Dante se permitió observarlo.

Era joven, prácticamente de su edad. Llevaba unos pantalones de mezclilla ajustados de color claro y su camisa, era de un blanco pulcro.

Acompañando a su atuendo, el joven llevaba un chaleco de color negro, y para darle aquel aire despreocupado que solía caracterizarlo en sus conciertos, como de costumbre, el joven llevaba las mangas ligeramente dobladas hasta los codos.

―Bruno Trent ―masculló Dante al clavar sus ojos en los brillantes ojos avellana del artista, los mismos ojos que, alguna vez, Anna había descrito como brill