Capítulo 18.2: Un aire tenso.
Confundido, Dante dirigió su mirada hacia Máximus, quien, en realidad, ahora parecía igual de incómodo que Alastor, por lo que, sin decir nada, se apresuró a seguir a su hijo, lo que provocó que Arioch suspirara con fastidio.
―Lo que ninguno de esos dos quiso decir, es que saben que Anna no querrá satisfacer el celo de tu lobo aquí en la finca, ya sabes, dónde está toda su familia y amigos, así que, he sugerido que ambos se queden en mi viejo departamento, por lo que te pido encarecidamente que seas cuidadoso ―dijo Arioch rascándose una ceja para evitar el contacto visual con el joven, el cual, se revolvía incómodo en su lugar ―Como dijo Alastor, Anna sólo tiene diecisiete años, por lo que no está en la edad adecuada para procrear, sin embargo, entendemos que las necesidades de ambos son especiales, por lo que, por favor, te pido que cuides de ella y de ti ―
―Lo haré señor, se lo agradezco ―
―No te preocupes, entiendo tu situación muy bien ―suspiró Arioch ―Como lobos ordinarios, ambos