Ante las palabras del joven, Marco se detuvo abruptamente, provocando que Gino se girara para verlo.
― ¿Qué pasa? ―preguntó confundido
―Ese pequeño, Raiden, es el hijo de un vampiro y una mujer lobo ¿cierto? ―
―Sí, ¿qué con eso? ―
―Me suena haber leído algo en los libros de mi madre, algo referente a un sentimiento de lealtad que esos pequeños desarrollan desde su nacimiento, sin embargo, no logro recordar el motivo… ―
― ¿Y? ¿A dónde quieres llegar? ―preguntó Gino inclinando la cabeza
―No lo sé, solo pienso que, tal vez, el pequeño la extraña por ese sentimiento de lealtad ¿no crees? ―
―No lo sé Marco ―dijo Gino retomando su camino ―En nuestro mundo, no hay mucha información acerca de los híbridos, mucho menos si hablamos de hijos de vampiros originales ―
― ¿Por qué no? ―
―Porque ellos fueron los que dictaron esa ley de acabar con los híbridos, sobre todo si tienen sangre de hombres lobo ―dijo Gino encogiéndose de hombros
― ¿Tanto es su odio hacia ustedes? ―preguntó Marco ― ¿Por qué?