Tras lo dicho, el aire en la sala de piedra negra se volvió más pesado, casi irrespirable.

Las palabras de Philip habían encendido la mecha de la incertidumbre, y tal cuando ocurre antes de una explosión, la tensión comenzó a hacer arder los ánimos.

―Entonces, si lo que se describe es real ―dijo Iktan rompiendo el silencio ―Y lo que hemos estado sintiendo estos días es el preludio de algo mayor, no podemos seguir ignorando la podredumbre que los hermanos Mendel dejaron en esta isla, convoquemos a los maestros hechiceros, después de todo, su deber jurado es el de proteger Arcadia de la misma magia ―

― ¿Y entonces qué, Iktan? ―intervino Lancelot, cuya seriedad, los hizo estremecer ― ¿Vamos a ceder nuestra autoridad? ¿Haremos a un lado al rey? Dime ¿qué esperas? ¿Qué corramos detrás de cada vestigio mágico? ―preguntó negando con la cabeza ―Esto no es un asunto de hechiceros, Arcadia fue fundada por lobos, fue protegida por lobos. No olvidemos que los hechiceros han intentado traicionarn