En la barra, Emmet y Gael se habían apoderado del papel de cocteleros, preparando y sirviendo tragos a diestra y siniestra. Por supuesto, asegurándose de no entregar bebidas con alcohol a todos aquellos que aún no cumplían la mayoría de edad, algo que frustró a Sarka, Elizabeth, Gabrielle y a Ariana.
―Hola chicas, ¿se divierten? ―les preguntó Dante al grupo de jóvenes con las que Anna estaba charlando y cenando
―Mucho ―respondió Amelia ―Honestamente, jamás me imaginé que tendrías un lado fiestero ―
―Y yo debo admitir que jamás me imaginé que el hijo del alfa Benedetti fuese tan bueno en la cocina ―
―Por Selene, Rai, mastica ―regañó Amelia a su prima, quien había hablado con la boca llena
―Yo estoy de acuerdo con Raine ―intervino Alice ―Cocinas delicioso ―masculló antes de meterse un pequeño trozo de carne a la boca
―Si eso les sorprende, esperen a verme bailar con mi compañera ―dijo Dante extendiéndole una mano a Anna, quien, con una radiante sonrisa, abandonó su plato y lo siguió hac