Matrimonio Sin Amor

MATHÍAS BLANCO

Zoe y yo trabajábamos demasiado y habiendo cumplido tres años de matrimonio sentía que estábamos pasando por un mal momento en nuestra relación. Sus besos eran más fríos, sus caricias casi inexistentes y no me decía algo lindo o agradable ni por casualidad.

Suspirando mientras estaba en la oficina pensé en distintas maneras de enamorarla, yo la amaba y no podía imaginar una vida sin ella, ¿Qué podría hacer? Conocía sus gustos pero a la vez no sabía mucho de ella. Zoe había cambiado tanto que apenas si la reconocía.

-Bro, ¿Estás sordo o qué?- Christopher, mi mejor amigo, entró a mi oficina sacándome de mis pensamientos.

Había asumido la vicepresidencia y el tiempo restante que tenía se lo dedicaba a mi esposa y a maneras de enamorarla, o al menos lo intentaba porque ella poco iba a casa.

-Perdona Chris, estaba pensando un poco, ¿Qué haces aquí? ¿Cuando llegaste?- Me levanté de inmediato para abrazarlo, hacía meses que no lo veía

Christopher Rouland, mi mejor amigo, vivía a casi quinientos kilómetros y venía solo para acontecimientos importantes. Su economía era medianamente buena hasta que comenzó a trabajar en un spa haciendo diferentes tratamientos y hasta masajes a personas adineradas.

-Es el cumpleaños de Azul, si no vengo me asesina y ya sabes cómo es de rencorosa, ¿Tu que tal?

Azul era su hermana menor y lo había amenazado si no venía a su cumpleaños veintiuno. Había quedado embarazada y le dijo que sería padrino del bebé pero que si no estaba presente podía olvidarse de eso. Chris muchas veces no podía viajar porque tenía horarios bastante complicados y venir le suponía un gasto adicional. Además de eso había veces donde solo podía quedarse un día o dos porque sino perdía turnos y corría el riesgo de perder su trabajo también.

-Estaba pensando en mi matrimonio, quiero que tengamos un hijo pero Zoe se niega, antes por causa del modelaje y ahora porque no está lista- Suspiré cansado y él me miró con expresión contrariada- Adelante, dime lo que piensas

-Esa mujer no te quiere ni te va a querer, no se por que sigues insistiendo, ¿Por qué crees que le dicen princesa de hielo?- Lo que me dijo me dolía, pero yo le pedí sinceridad así que no podía enojarme por darme exactamente lo que pedí

-Pero yo la amo y no me daré por vencido sin luchar por ella, ¿Qué te pasó cuando conociste a Azucena?- Reclamé un poco disgustado por la situación

-Me enamoré como un pendejo pero no me convenía y cuando me di cuenta de como era por más que la amara terminé la relación. No era buena, después de dos meses de habernos separado quiso hasta adosarme el producto de su infidelidad la muy desgraciada- Ahora para él era divertida la situación, pero cuando todo sucedió el lloró y se embriagó en más de una oportunidad

-Bueno pero Zoe no es así, jamás estuvo embarazada ni le sentí siquiera perfume masculino en su ropa, no quiero pensar que me esté engañando- Chris solo negó e hizo una mueca de disgusto

-No hay peor ciego que aquel que no quiere ver, al menos lo intenté y así te duela lo que te digo tengo que ser sincero contigo. ¿Quieres ir al cumpleaños de Azul conmigo?- Sabía que él como mi amigo me decía lo que pensaba y eso lo valoraba demasiado aunque doliera. Esperaba que sucediera el milagro y que mi esposa me mirara con amor, que fuera cariñosa y todo lo demás

Recibí un mensaje de mi esposa diciéndome que hoy tampoco llegaría a cenar porque tenía una cena muy importante de negocios y debido a eso consideré la invitación de Christopher. Al menos no estaría solo un viernes por la noche.

-No tengo nada mejor que hacer, ¿Dónde es el festejo?- El solo me miró fijamente, sabía lo que había sucedido y se que no comentó nada al respecto para no provocarme más dolor.

-En dónde festejé mis dieciocho, ¿Lo recuerdas?- Su familia solo rentaba un salón porque tenían descuentos allí ya que su padre trabajaba para los dueños del lugar.

-Allí estaré, ¿A qué hora?

Después de que Christopher se fue yo comí con mis padres y hablamos nuevamente sobre el acuerdo de mi matrimonio, así como de algunos inconvenientes que comenzaba a tener nuestra cadena hotelera. Estaba cansado de escuchar lo mismo una y otra vez, pero se que el único propósito de ellos es prepararme para lo que consideran inevitable, el divorcio.

-Mamá comprendo tu preocupación pero así como tú sabes, si mi relación con Zoe funciona no tenemos por qué divorciarnos- Expliqué como tantas veces hice. La realidad es que ellos sienten que mi esposa no demuestra el mínimo interés en mi y por eso creen que no tenemos esperanza ni futuro juntos.

-En los años que llevan juntos ella no se ha preocupado por tu felicidad, ¿Hace falta que te recuerde lo que sucedió el mes pasado en tu cumpleaños?- Ella hizo una mueca de disgusto, Zoe ya no le agradaba para nada y no creía que eso pudiera cambiar

-Ella tenía mucho trabajo y lo olvidó, a cualquier persona puede pasarle, no hace falta exagerar madre- Me había dolido que ella no lo recordara hasta cinco días después pero sabía que estaba con demasiado trabajo y reuniones muy importantes esa misma semana.

-¡Deja de justificarla, no puedo creer que mi hijo sea tan estúpido!- Acabó elevando su voz y yo solo me contuve de no hacer más comentarios al respecto porque creía que sería acabar discutiendo. El tiempo me daría la razón y seguro Zoe al cumplir cinco años juntos no quisiera divorciarse de mi.

-Cálmense los dos, siempre discuten por lo mismo y me tienen bastante cansado con el tema tan recurrente. Tenemos cosas más importantes de las cuales preocuparnos, hemos perdido importantes clientes y no lo entiendo. Si seguimos así tendremos que declararnos en quiebra en pocos años- Mi padre estaba más que preocupado por eso, estaban sucediendo cosas bastante extrañas y por ese motivo las pérdidas de dinero eran cada vez mayores.

Por mi parte yo estaba buscando nuevos clientes y haciendo una buena estrategia para atraer más gente a nuestras instalaciones, teníamos que compensar las pérdidas de alguna forma para no tener que despedir parte del personal, lo cual tampoco era una opción.

Si hacíamos recortes de personal, los demás empleados tendrían más trabajo por el mismo salario y eso no les agradaría en lo absoluto, además conocíamos a los empleados y sus situaciones, ¿A quien despediríamos? Sería imposible escoger quien pueda quedarse y quién no laborando con nosotros.

Estábamos en grandes aprietos y pedir más favores sería imposible, al menos que Zoe se ofreciera a ayudarnos de algún modo, aunque eso sería crear un conflicto en nuestro matrimonio. Si nos casamos por dinero, pedir más sería hacerle creer que soy un interesado cuando eso no es cierto. Yo sé que si ella estuviera en aprietos le daría mi total y completo apoyo, pero ella tiene un modo de ser completamente distinto al mío.

Debía demostrarle a mi esposa, a mis padres y a mí que de verdad yo era muy capaz de salir adelante, así como de superar los obstáculos que laboralmente pudieran presentarse, estaba mi orgullo en juego así como también el futuro de mucha gente.

Contrariado y cansado fui al lugar de la celebración. Previamente había pasado a comprarle un presente y había escogido un reloj porque no sabía que regalarle.

En la fiesta ví a mucha gente conocida que no evitó preguntarme dónde estaba mi esposa, así como por qué no me acompañaba. Escogí mentir e inventar un malestar porque se que la gente malinterpreta las cenas laborales como amoríos y si quería disfrutar lo mejor era hacerlo tranquilamente sin dar de que hablar.

Ver a Azul tan llena de vida me causó nostalgia. Ella se veía muy linda con su vientre mientras que yo solo tenía una esposa físicamente perfecta que poco me hablaba en casa. Desearía que mi esposa fuera físicamente imperfecta pero que me amara y que aceptara tener hijos conmigo.

Por un vídeo que me envió Christopher acerca de sus masajes fue que yo comencé a practicarlos para sorprender a Zoe y eso había avivado más la llama de la pasión, pero no había milagros sobre una relación que parecía ir en caída libre a un fracaso casi seguro.

De todas formas había un abismo entre tener relaciones por mutuo deseo a hacerlo porque de verdad lo deseábamos. Ella jamás me pedía que tuviéramos una noche de pasión, tampoco me reclamaba nada. Así llegara tarde no le interesaba y eso dolía, si tal vez con sus actitudes me hiciera sentir amado se que me sentiría muy diferente pero no sucedía.

-Hey Bro, ¿En qué piensas? Ésta noche es de felicidad, no para pensar en cosas negativas- Christopher me entregó una bebida para intentar animarme

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