Vamos de camino al departamento que Daniela comparte con sus amigos, ha decidido cambiarse y acompañarme al lugar que yo quiera. Queda muy cerca del hospital, así que nos tardamos apenas cinco minutos.
-Vamos, acompáñame. Seguramente no hay nadie, Max entraba al turno ahora y su novia se fue a casa de sus padres, porque no le gusta estar aquí sin él – pone en blanco sus ojos y se ríe -.
La acompaño al interior del edificio, saluda al conserje y le muestra las llaves, el señor asiente y vuelve a ver la televisión.
-Alguien deja muy seguido sus llaves en casa – se gira y me saca la lengua -. Ya haré algo con esa lengua.
Llama el ascensor, mientras esperamos la abrazo por detrás,