El disparo realizado por Cristal había quebrantado una de las leyes de los licántropos. Kogan miró la expresión de enojo en los ojos de Tou; esto le indicaba que deseaba matarla. Sin embargo, la aparición de las lunas de sus hermanos dio un cambio inesperado.
— ¿Elena, qué haces aquí? Te dije que esperarás en el Jet — le recrimina Hiro.
— ¡No! — soltó Cristal con temor en su voz. — ¡Elena, tú también sabías de esto! — espetó con lágrimas en los ojos al reconocer la voz familiar de su amiga.
— ¡Cristal! — gritó Elena, sorprendida de encontrarla en este lugar, con un arma en sus manos y los deltas de Tou rodeándola listos para atacar. — ¿Qué está pasando aquí? — exigió saber.
— ¿También la conoces? — preguntó Tou, sorprendido de que Elena conociera a esa humana.
La pareja de Hiro no tuvo que preguntar para deducir lo que estaba ocurriendo. Kogan no había devuelto a Cristal.
— ¡Me dijiste que Kogan la iba a regresar! — le reclamó Elena a Hiro por haberle mentido.
— Si logras convencerla d