"Hasta la mujer mas enamorada se puede ir de tu vida si no la sabes valorar"
Fumiko Ibars
Después de desayunar, todos continuamos conversando por un rato, disfrutando de la tranquilidad que ofrecía el momento. Mi padre y mi hermano no paraban de preguntarme qué había estado haciendo durante todo este tiempo. Decidí mentirles, como siempre lo hacía en situaciones como esa. Les dije que había salido a pasear por el bosque, que un vampiro me había raptado, pero que tras un tiempo logré escapar. Y, al no encontrar una forma de regresar, había estado vagando hasta ahora.
Ai, Riu, Estrella y el viejo Mael me miraban como si pensaran: "Qué buena mentirosa, hasta yo me la creí." Cuando terminé de contar mi historia, ellos comenzaron a cuestionarme si el vampiro me había hecho algo. Tragué saliva con algo de incomodidad, y mientras respondía, mi mirada se desvió, buscando cualquier excusa que me ayudara a salir del momento.
Sin embargo, fue la risa de Oshin la que hizo que todos recordaran