Capítulo 67. De nuevo en casa
Cuando Agnes despertó, más descansada que en semanas, Mikhail aún dormía a su lado.
Se quedó unos minutos, observándolo dormir, fascinada por la perfección de sus rasgos. Se lo notaba algo más delgado, y también agotado. Acarició con cuidado su cabello rubio y sus mejillas angulosas, ásperas por la barba de dos o tres días.
Era más que claro que ninguno de los dos la había pasado nada bien con esa separación forzada, y que él había trabajado duro para dar un golpe certero a quienes los habían dañado tan seriamente.
No quiso despertarlo, aunque se moría por abrazarlo y besarlo. Las hormonas del embarazo la tenían algo más exaltada de lo usual, y se combinaba con la euforia de verlo vivo.
Bajo una sencilla camiseta blanca y unos pantalones de tela vaquera, se adivinaba el cuerpo fuerte de su esposo.
Se mordió el labio inferior pero se contuvo.
Además, después de muchos días, por fin tenía hambre y necesitaba una buena comida.
Se cambió la ropa elegante con la que se había quedado dormid