La toma de la mano y besa su mejilla, ella asiente enérgica. Adora pasar momentos de calidad con él, sobretodo dormir a su lado y sentir su aroma varonil, sentirse protegida entre sus fuertes brazos.
—Me encanta cuando sonríes así, antes parecías amargado y egocéntrico. —Se burla de la cara de gruñón que ha puesto.
—Sabes que nunca me imaginé en esto, sacas lo mejor de mí. —Acaricia su pequeña cintura desnuda cuando van de camino a la camioneta.
—Me alegra saber eso, al menos me siento útil para algo que no sea matar o correr por mi vida...
Salvatore traga en seco al escuchar aquello; sus vidas son parecidas pero tan diferentes a la vez. Se detiene antes de abrir la puerta.