29. Desde las cenizas
Caída en silencio – Sofía se encierra en su habitación tras el juicio de ayer y toca fondo emocionalmente
El departamento de Sofía estaba sumido en un silencio espeso, uno que no solo se sentía, sino que se respiraba. Las cortinas seguían cerradas desde la noche anterior, y la tenue luz del atardecer apenas se colaba entre las rendijas, proyectando sombras desordenadas sobre el suelo. El aire estaba viciado, cargado de tristeza, de derrota, de cosas no dichas.
Sobre la mesa de centro, una taza de café olvidada comenzaba a formar un cerco oscuro. Junto a ella, papeles arrugados, recortes de periódicos, fotos desgastadas… y una laptop cerrada como si ya no tuviera nada más que mostrar.
Sofía estaba sentada en el suelo, con las piernas recogidas contra el pecho y la cabeza apoyada en las rodillas. No lloraba. Ni gritaba. Ni hablaba. Solo existía, como una figura estática en medio de un mundo que ya no la necesitaba.
Tomó entre sus manos una vieja fotografía: ella, Carla y Marco. Tres son