Mi padre, estaba cada vez más extraño, parecía como si todo el tiempo estuviera cansado y su carácter fuerte y dominante había desaparecido por completo, tal parecía que sólo hacía y decía lo que mi madre aprobara, tenía que encontrar la manera de sacarlo de ese estado, pero ¿cómo? Debía preguntar a Lola, tal vez ella podría ayudarme o sabría qué hacer, esperaba que esta noche Maximiliano volviera, yo estaba feliz de saber que faltaban sólo dos días para nuestra boda, pero, las sombras a mi alrededor no me permitían disfrutar de mi felicidad.
Mi madre me trajo de un lugar a otro, visitando personalmente a las familias de la ciudad para entregar invitaciones apresuradas ya todas se les contaba la misma mentira sobre la madre de Maximiliano moribunda.
Le dije a mi madre que quería hacerle un regalo de bodas a Maximiliano, y ella estuvo de acuerdo, dijo que era un gran detalle, ¿pero que se le puede regalar a un hombre que lo tiene todo?
Le pedí que me llevara a la casa del joyero, y se