Capitulo 2.1

-Bueno, creo que en ese entonces no necesitaba nada más que escaparme a la playa contigo. Y no había nadie más feliz que yo cuando antes de que me dieras mi primer beso me dijeras: “-Sé que no has besado antes, y está bien”. Entonces solo me besaste calmando cualquiera de mis dudas. Ese verano junto a ti fue el verano más feliz de mi vida, y a pesar de que pasó rápido y octubre fue sumamente doloroso para mí yo no cambiaría nada.-Le di un último trago a mi expresso para decir lo siguiente.-Hoy en día entiendo que yo fui demasiado avariciosa en querer algo que nunca fue mío, tú siempre estuviste enamorado de otra y solamente estabas esperando el momento adecuado de volver a ella mientras te divertías conmigo. Porque para ti todo esto fue eso: divertirte con tu mejor amiga. Pero yo estaba en otra sintonía y quise más, siempre he querido más y nunca me detendré hasta tenerlo todo. Y espero que hayas sido feliz con ella.

 -¿Por qué no dices su nombre? Es como si fuese Voldemort.-Se limpia los labios con una servilleta y ya tenía una mirada más seria hacia mí.

   -Margot.-Escupí. Mi molestia obviamente no era hacia esta chica, que ni siquiera sabe de mi existencia probablemente.

 -Y terminamos la última noche que te escribí. ¿Recuerdas que esa noche te dije que me sentía solo?

-Sí. Me dijiste que te sentías solo y ya ni recuerdo que te respondí.

 -Me alegro.-Recordó él y luego se carcajeo.            

 Obviamente que si me acordaba, pero quería oírlo de él.

 -Con razón terminamos peleando y bloqueándote.-Ahora los dos reíamos.

 -Si, bueno. Esa noche cuando te escribí también pensé: “-¿Que le puedo pedir a Lisa?”. Pero en serio necesitaba hablar con alguien.-El cerró los ojos un momento como agarrando fuerza-.Necesitaba hablar contigo.

 -Entiendo. Y ahora lamento que hayas pasado por eso solo.

-Aún sigo solo.-Confesó y ahora sus intensos ojos negros se clavaban en los míos.

 -¿Y tus amigos? ¿Los chicos de la banda?

   -Sabes como soy yo. No con cualquiera me abro, nadie me conoce realmente. El único ser humano que se ha acercado tanto a mí eres tú. Incluso con los años que han pasado sigues siendo la que mejor me conoce.

  Ahí mi corazón dio un vuelco. Y las ganas de llorar estaban empezando a surgir. Es que uso las mismas palabras exactas de siempre.

-Thomas… deja de decirme eso.- Dije mientras apretaba mis puños bajo la mesa y me lastimaba la palma de las manos con la presión que ejercían las uñas sobre ellas.

 -¿Qué cosa?-Preguntó él preocupado por mi cambio de humor repentino.

 -¡Eso!-Exclame algo molesta-. Si vas a hablar conmigo no digas eso, por favor. No tienes idea lo feliz que estaba de tenerte como amigo y que confiaras tanto en mí, porque yo en serio te quería. Es más, yo te amaba, como amigo, compañero o lo que sea. Y no me dolió que hayas regresado con tu novia la misma semana que me dijiste que era la razón de tu felicidad. Me dolió que perdí a mi amigo, me alejaste y solo me preguntaba: “¿Cómo le haces eso a la persona en quien más confías y a quien más conoces?”.

   -Está bien, no lo diré más. Pero si hay algo que quiero decir y es que lo siento tanto. Arruiné la amistad más real que he tenido por ser un completo idiota. Y Alissa, ahora que te veo estoy aún más seguro de algo que nunca.

            Mis ojos se encuentran con los suyos y asiento para que continúe. Él se inclina sobre la mesa y se acerca más.

            -No quiero que te alejes otra vez. Permíteme recuperar a mi amiga ¿Sí? No sé si me creas o no. Pero durante tres años me he lamentado por haber estropeado todo, y lo lamente mucho.

            La ansiedad se potenció y supe que era el momento indicado para salir de allí. Me levanté. Tomé mi bolso y mientras lo hacía Thomas también se levantó.

            -¿Qué? ¿Ya te vas? ¿Hice algo mal?

            -Mmm… no es eso. Debo irme.-Tomé mi abrigo y me lo empecé a poner-. ¿Has cambiado de número?-El niega-. Perfecto. Te desbloqueare y te escribiré.-Me solté el cabello y me colgué mi bolso rápidamente.-Lo siento por dejar las cosas así. En serio debo irme. Te escribiré.

            El solo me dio una sonrisa a medias, es muy de él. Siempre la pone cuando algo no le parece del todo. Tal vez no me creía eso de volver a escribirle.

            Es que siempre desee que el volviera a mi vida. Sé que el amor joven no dura para siempre y sé que la gente dice que los jóvenes no sabemos nada de amor porque nos falta experiencia. Pero creo que precisamente esta falta de experiencia y la inocencia del primer amor nos hacen vivirlo más intensamente, sin nada que nos lo cohíba y sin el miedo a ser lastimados. Y no sé si yo vuelva a amar a alguien con el mismo candor que ame a Thomas. Pero ahora el tiempo ha pasado, los dos hemos cambiado tanto que él hasta ahora pide su café dulce. Y yo ya no soy la Alissa de dieciséis años que puede durar toda la noche hablando con él y contando estrellas en el techo de la casa de verano de sus padres. Entonces no sé si quiero volver a tener a Thomas como amigo. Y por todos los cielos ¿Amigos? Ese hombre no puede estar en la misma habitación que yo sin intentar besarme. A los amigos no se les tiene atracción sexual, a los amigos no se les ve con ojos de deseo.

            Iba caminando tan rápido y sin ver por donde andaba que me golpee contra un poste, o eso creía, porque los postes de luz no te sostienen para que no toques el suelo cuando te golpeas contra ellos. Y los postes de luz no huelen a madera, huelen a metal. Y los postes de luz no tienen esos ojos.

            El poste de luz era en realidad un hombre. Que me sostuvo entre sus brazos para que no me cayera cuando tropecé contra él. En seguida me puso de nuevo sobre el tacón de mis botas de cuero que me llegaban hasta el medio muslo.

            -Lo siento, señorita. Mil disculpas.-Dijo con su voz profunda y serena. Fue de una forma muy cortes con cero vacilaciones.

            Salí del trance en el que me tenían sus ojos verdes y me disculpe de vuelta.-No. La culpa fue mía. No veía por donde iba.

            El me dedicó una sonrisa enternecido.-Que tenga buen día-. Finalizó.

            Así siguió su camino al edificio que estaba en esa misma acera. Seguido por dos hombres que llevaban trajes negros como el, al parecer eran sus escoltas porque lo único que hacían era seguirlo. Y si era así, entonces era alguien importante.

            Su fuerte olor se me quedó impregnado en el cabello. Huele a almizcle. Pero muy amaderado. Y supe que era ese olor porque se parecía mucho al olor de las bodegas de vino de mi mamá. No solo su olor quedó en mí, sus ojos quedaron en mi memoria. Eran verdes como las hojas del sauce en la casa de mis abuelos. Pero eran muy serios, cero juveniles pero a la vez muy cálidos. No olvidare esa sonrisa amable que me dio, ser amable con todo el mundo es algo que valoro bastante en las personas. Y él se nota que es así con quien sea. Hasta con las locas que van caminando desesperadas entre la multitud.

            Tomé un taxi para llegar a mi casa y buscar mi auto para ir al gimnasio que me queda un poco lejos. En el camino seguía pensando en Thomas. Me metí a nuestro chat y estaba vacío, lo vacié por completo hace tiempo. Pensé que nunca lo haría, pero con el tiempo me importaba menos tener eso allí.

            Yo:

            Hola. Ya te desbloquee.

Thomas Walker:

Me alegra bastante eso, Lisa.

            Yo:

Vale. Debo decir que soy mala en W******p. Si no te respondo no es porque te odie o algo así. Es que se me olvida y ando detraída en mis cosas

Thomas Walker:

No te preocupes. Te molestaré hasta que te acuerdes de tu viejo amigo. ¿Llegaste a tu casa?

            Yo:

            Voy en camino.

Thomas Walker:

Perfecto. Me avisas cuando llegues para saber que estas bien, por favor.

            Nunca le avisé, sino hasta como las seis de la tarde que él me volvió a escribir para saber de mí. Le dije que estaba en el gimnasio y que me disculpara pero se me había olvidado.

Y sí, así de indecisa soy cuando se trata de Thomas. Porque la parte lógica y racional de mí me dice:”- Ese ciclo ya está cerrado. Que perdonemos a los que nos lastimaron en el pasado no significa que tengamos que volver a tener vínculos con ellos, por un motivo ese vínculo se rompió y es importante recordar ese motivo para no continuar con relaciones nocivas”. Pero mi parte sentimental, y la que siempre gana ¿Por qué tengo que ser cáncer, m*****a sea? Le responde:”-Realmente no hemos dejado de querer a Thomas nunca, y la gente cambia. Se nota que él cambió, ya no parece el mismo idiota de hace tres años. Y nosotras también hemos cambiado, no volveremos a permitirle a nadie que nos trate de esa forma nunca más. Además lo perdonamos y curamos esa herida, pero nunca dejamos de extrañarlo, volver a ser amigos sería positivo”. Y la parte racional termina la conversación con un:-”Esto terminara feo, porque así eres tú y yo solamente mirare”.

            Llegué como a eso de las siete de la noche a casa. En el lobby logro escuchar que había mucho bullicio. Raro, porque los viernes en la noche mis papás no están. Mi padre usualmente está en la oficina o con sus amigos haciendo no sé qué. Y mi mamá se va con sus amigas a comer sushi y beber margaritas hasta volverse el ser más ruidoso del planeta.

            Dejé el bolso que me llevo para entrenar y el abrigo en el perchero y las llaves de mi auto en el tazón que está en la mesa del lobby.

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