Sol salió de sus pensamientos después de escuchar la voz de Ignacio.
Volvió la cabeza y se encontró con los preocupados ojos negros del hombre, e inmediatamente su inquietud y ansiedad desaparecieron.
«Aquí es mi casa, no es el infierno, no debo tener miedo, no pasa nada.»
Sol negó con la cabeza, fi