—Diego, ¿puedes ir más despacio?
A pesar de que Juliana podía mantenerse al ritmo de Diego, todavía se sentía incómoda siendo arrastrada por la parte trasera de su camisa.
Escuchando la voz un poco apenada de Juliana, Diego maldijo en silencio en su mente. ¿Más despacio? ¿No había aprendido la lecci