Lamentablemente, al otro lado del teléfono, Camila no tenía idea de lo que estaba sucediendo.
A través del espacio, no podía ver la cara feroz de Emiliano en este momento, solo estaba preocupada por sus propios intereses.
Ella estaba tan desesperada que casi lloraba, hablando incoherentemente.
—Emi,