Todavía había mucho que hacer en la cocina, y además, Sazón del Alma había acogido a dos niños desamparados. Cuando fuera a Luzmarina en dos días, tendría que asegurarse de que Iván entendiera bien cómo cuidar del restaurante y de esos niños.
Estos niños ya habían pasado por mucho antes de llegar a