—Toma esto.
Emiliano retiró el vaso.
—¿La preparaste tú?
Juliana estaba sorprendida y desconcertada.
Pero lo que la sorprendió aún más no era solo eso.
Ella observó a Emiliano agacharse frente a ella, agarrando su tobillo y limpiando la planta de sus pies con una toalla tibia.
Aunque él era de alta