—No se pueden comparar estas dos cosas—dijo Emiliano frunciendo el ceño.
—¿Por qué no se pueden comparar? ¿Es porque Javier es hombre y Camila es mujer? Ahora vivimos en una época de igualdad de género— replicó Juliana enderezándose en su asiento y abrochándose el cinturón de seguridad.
—Además, afu