Emiliano se quedó sin palabras.
La respuesta era evidente.
Juliana sonrió con sorna, puso su dedo sobre el pecho de Emiliano y dijo:
—Si de verdad tienes intenciones de casarte con ella, deberías divorciarte pronto. Así no haces perder el tiempo a esa mujer esperando. En cuanto a mí, sé perfectament