Saravi.
Borja camina hasta los hombres y de forma ordinaria hace que se levanten, empujándolos para que caminen hacia el centro de la casa, donde estamos nosotros. Poco a poco logro detallarlos, sus ropas están lo suficientemente sucias como para no distinguir el color y la forma de ellas, incluso la capa que tienen en sus rostros llega hasta la mitad del dorso. Sus manos amarradas están algo ensangrentadas y rojas por la presión de la soga.
Algo muy extraño recorre mi cuerpo, una sensación de dolor me hace agudizar los sentidos mientras poco a poco me acerco a ellos para descubrir quién está detrás de las capuchas.
Paso el trago lentamente mientras me pongo frente a uno de ellos y comienzo a alzar la capa, entonces me encuentro con rostro bastante de Basim… muy golpeado.
«¡No!», grita mi interior mientras su mirada se conecta a la m&